sábado, 26 de abril de 2014

El Misterio de las Energías




Misterio es todo aquello difícil de entender, de explicar y de descubrir. En este contexto, podemos incluir la verdad oculta que encierra y contiene el mundo de las energías, de todo lo que hay detrás de esta realidad. Hay muchos velos que impiden a nuestra conciencia ser conscientes del mundo de las energías. Si los podemos eliminar, se presentarán ante nuestra mente como un enorme potencial de vida de la que somos una parte importante, y de esta forma ser así conscientes de como el Universo es semejante a un inconmensurable puzzle de energías que como conjunto, se nos aparece como un todo Armónico y Equilibrado de coherente realidad, que escapa a un lógico análisis conceptual. 

El misterio de las energías comienza a desvelarse cuando vemos que todo lo que existe en el Universo es una sola energía, una indescriptible energía, de origen Cósmico, que según la Ciencia Esotérica, se la conoce con el nombre de Fohat o Fuego Cósmico, que como mencionan, H.P.B. y Alice Bailey en muchos de sus escritos, es utilizada por los Logos o Dioses, para Manifestarse y Crear Sus respectivos Universos.

Fohat es la Esencia Energética Primigenia o “Prakriti”, palabra que en sánscrito significa “materia primordial,causa o esencia material de todas las cosas”, y que la ciencia, está actualmente intentando descubrir a través de lo que denomina como “materia oscura”. Lo que nosotros definimos como Ki, Chi, Prana, etc., es sólo una modalidad de esta energía primaria, adaptada y transformada a una menor frecuencia vibratoria, por cada una de las conciencias con las que hace contacto, ya sea la de una galaxia, un sistema solar, un planeta o el mismo hombre. Cada una de estas conciencias matiza esta energía primaria con su propia energía personal, transformándola en su peculiar característica expresiva, para poder estar en sintonía con las vidas con las que se tiene que relacionar y evolucionar.

Existen energías que tienen su desenvolvimiento evolutivo en áreas más sutiles de la naturaleza, proceden de los más remotos lugares de nuestra galaxia, todas ellas expresan la naturaleza de las conciencias que evolucionan a través de esos cuerpos o vehículos de expresión.

En este contexto, tenemos lo que denominamos el Cristo, cómo la Conciencia Cósmica que encarna al Amor Universal o la del Señor Buda, paradigma que encarna la Sabiduría a nivel Planetario.

De esta forma, podemos así entender, que el espíritu, sea cual sea el reino y el lugar donde viva y evolucione, es energía extremadamente sutil, y la materia o forma tangible, es también energía extremadamente densa. Ambos aspectos, en el reino humano coexisten en perfecta armonía a través de la manifestación objetiva del hombre-espíritu como Alma y Cuerpo, una totalidad y aspectos de la misma cosa o realidad.

Todas las energías son entidades que consciente o inconscientemente actúan según las Leyes Universales de la Evolución. Dentro de la energías con las que la humanidad está en contacto permanente, están las del Reino Angélico, constituido por Angeles, Arcángeles, Querubines, etc., entidades que están al mismo y muy superiores niveles de evolución con respecto al hombre.

Hay otras energías y seres denominados Elementales, con las que el hombre también está en contacto, que están en una escala o nivel inferior de evolución con respecto a los Angeles, que encarnan diversos órdenes de entidades, como gnomos, hadas, sílfides, ondinas, etc., que para hacernos una idea aproximada, están en una situación similar a lo que sería el equivalente al reino animal con respecto al reino humano. Estos seres, comparten y animan todos los fenómenos de la naturaleza, y a los cinco elementos de nuestro mundo, siendo fieles servidores de los Angeles, que los utilizan en estos menesteres, como fieles colaboradores, para que en un futuro evolutivo, culminen su presente estado evolutivo y se conviertan en entidades Angélicas.

Las energías que normalmente invocamos y atraemos en los trabajos o ceremonias de índole espiritual, son en realidad entidades Angélicas que vienen para colaborar con nosotros en nuestro servicio en favor de la evolución planetaria.

En lo referente a la energía del Amor-Sabiduría Universal, tenemos que tener presente, que lo que entendemos por esta realidad, no es el enunciado o la frase que lo define, sino la realidad que subyace detrás de esta etiqueta que está mucho más allá de nuestra comprensión ordinaria.

Debemos entender que todo es Amor, pero que como dicen antiguos textos sagrados de oriente, el Amor es semejante a una preciosa gema finamente tallada en doce caras perfectas, expresando cada una de ellas las virtudes y perfecciones del Alma de cada persona, a través de la Piedad, Sacrificio, Caridad, Fortaleza, Justicia, Esperanza, Fe, Humildad, Paz, Armonía, Sabiduría y Compasión.

Esto quiere decir, que para que el Amor se haga efectivo, de forma real y se exprese en nuestras vidas, debemos en alguna medida por pequeña que sea, manifestar estas cualidades internas, para poder activar así los resortes que hagan vibrar a cada una de estas doce notas en el centro de nuestro corazón, y poder así emitir hacia el éter sutil del espacio su sonido y su música y atraer por resonancia magnética a esas entidades-energías-angélicas, para que vengan y colaboren con nosotros, en cualquiera de los trabajos que habitualmente realizamos a favor de la evolución.

Si no es así, no podremos atraer, al menos en la medida que necesitemos, a estas especiales Energías Angélicas, porque en la cámara secreta de nuestro corazón no resonará el eco musical que haga vibrar y atraiga simpáticamente a estas entidades, ya que apenas se abrirán tímidamente las compuertas por donde han de pasar libremente, estos Angeles para que expresen junto y a través de nosotros esta realidad universal. Lo afín atrae a lo semejante, es la Ley que siempre se cumple.

Todos los seres humanos tenemos imperfecciones, a veces muy sutiles y difíciles de localizar, escondidas en los más íntimos repliegues de nuestra naturaleza interna, como la envidia, el odio, el egoísmo, etc., energías muy densas, muy estratificadas, adheridas a los conductos energéticos y sutiles que nos aportan tanto vitalidad como comunicación con los planos superiores. Si entendemos esto, podremos comprender que en estas condiciones, no podemos ser unos correctos canales por donde estas sutiles energías puedan discurrir libremente sin impedimentos de ninguna clase, como puede ser en los trabajos de curación y de sanación, por mucho que nuestra Alma intente por todos los medios despertarnos hacia los más elevados planos de la realidad.

Estas imperfecciones, son en muchos casos entidades, dotadas de contenidos energéticos a veces muy potentes, con unas conciencias primarias que siguen una línea de evolución paralela pero no igual a la nuestra. Estas entidades de tipo elemental, se sirven de las formas mentales-emocionales creadas por las mentes y sentimientos de las personas, para poder manifestarse, vivir y evolucionar dentro de los sustratos más densos y primarios de nuestro planeta. Estas entidades, de alguna forma encarnan en estos vehículos mentales-emocionales, creados por los hombres y por la humanidad para prolongar sus vidas indefinidamente, por lo que tratarán en las personas en las que hacen contacto, de alguna forma, recrear una y otra vez su interés por ellas, para seguir existiendo y así poder seguir su ciclo de involución en la materia y cumplir así su vital.

En estas condiciones, ¿cómo podemos aspirar a conectar con Energías Altamente Cualificadas y Vibrantes y expresarlas a través de nosotros, si nuestros cuerpos de expresión y nuestras mentes no están en esa sintonía universal de unificación y de impersonalidad?. No podemos dar y ofrecer aquello que no poseemos en nuestro interior, es así de sencillo.

La tarea del aspirante y peregrino espiritual, que surca los caminos de la vida buscando la perfección, está llena de obstáculos, dudas, sacrificios, cambios continuos en la escala de valores, crisis e incomprensión a otras realidades, pruebas y lecciones por las que ha de pasar y al final aprender y triunfar. Mientras tanto tenemos que aprender de nuestros errores, es el precio que debemos pagar por conseguir salir airosos y triunfantes de estas pruebas. Nadie puede ayudarnos en este cometido, ni siquiera nuestro Maestro Interno, es una lección que tenemos que aprenderla satisfactoriamente, nosotros solos, para que el mérito sea solo nuestro.

Debemos ser coherentes con el camino que cada uno de nosotros hemos elegido y hacer todo lo necesario para poder llegar al final del trayecto libre de las ataduras que hasta ahora nos impiden desarrollar nuestra actividad como a nosotros nos gustaría que fuese. La tarea no es fácil, pero tampoco imposible, y si otros lo han conseguido ¿por qué no, nosotros no hemos de conseguirlo igualmente? Tenemos que hacer los cambios necesarios de instante en instante, para adaptarnos a las siempre nuevas circunstancias y los nuevos acontecimientos que se avecinan casi de continuo para hacer que nuestras vidas cobren ese ritmo dinámico y eficaz que marca el optimismo y la alegría al comprender que la Luz se vislumbra en el horizonte y que nuestro Maestro nos espera con los brazos abiertos esperando darnos ese abrazo amoroso, pleno de fraternal alegría, por vernos al fin victoriosos y libres de las ilusiones de nuestro mundo.


El Misterio de las Energías 



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