YO TENGO UN MAESTRO Y NO NECESITO NADA MAS.
Me tomo un té de jengibre para energizar mi garganta, me
pongo la túnica blanca (la de color naranja está en el lavarropas), me descalzo
para sentirme más libre, me siento al sol (previamente me coloco filtro solar)
y me concentro en mi ombligo, recitando el OM del ombligo dorado que me enseñó
mi Maestro.
Por la tarde tengo que ir a ver a mi Maestro al Ashram “El
sol que me alumbra” del penthouse de Av.
Las Heras de Recoleta (1), para entregarle una donación de dinero que me hizo
mi familia como regalo de cumpleaños. También tengo que recoger la ropa sucia
de mi Maestro para lavarla y plancharla, ya que la generosidad de mi Maestro es
tan grande que a cambio de esta tarea, él me permite sentarme a su mesa en las charlas de sabiduría como discípulo
preferencial, honor que solo tenemos algunos de nosotros. Otros hermanos y
hermanas cumplen otros servicios para el Maestro tales como: limpiar el Ashram, cocinar,
servicio de chofer, guardaespaldas, servicios contables, administración, y las
discípulas, (por lo general, algunas de las más jóvenes serán unas 10 ó 12) que
le brindan apoyo tántrico, para la descarga seminal diaria del Maestro
necesaria para su renovación energética.
Todos los que cumplimos con nuestra tarea de servicio ya
explicitada, formamos el Círculo Interno del discipulado, somos los Hermanos
Mayores (a esto se llega por antigüedad, impecabilidad y capacidad, de aportes
y donaciones), los que tenemos contacto directo (en realidad cuando él lo dispone)
con el Maestro.
Los nuevos discípulos/as tienen que dirigirse a nosotros (los
Hermanos Mayores) para recibir
directivas del Maestro. Esto es así hasta que son iniciados por él, recién
entonces podrán hacer una pregunta en las charlas de sabiduría (una sola)
previa autorización del Maestro of course.
Soy tan feliz! así como soy…un ser espiritual, qué más
puedo pedir al cosmos? Tengo un Maestro que guía mi vida y mis acciones,
cualquier decisión que debo tomar lo consulto y él con su generosa sabiduría me
dice que debo hacer. Soy un discípulo destacado, tengo 2 maravillosas túnicas
importadas de la India que me vendió el Maestro al igual que los sahumerios
especiales que solo el Maestro puede conseguir ya que no son para cualquiera,
también de la India bendecidos y energizados por él, claro son un poco caros
pero es mi obligación como discípulo destacado utilizar los mejores, también le
compro el jengibre, el incienso en piedras, las sandalias, las láminas sagradas
de los chakras, del om, de los retratos del Maestro que le han hecho algunos
discípulos artistas, la soja sagrada y bendecida por él y los bidones de agua
“mágica” también bendecida, entre otras cosas.
La felicidad que siento no cabe en mi cuerpo! Haber
encontrado al verdadero Maestro…dicen que
“ cuándo el discípulo está listo, el Maestro aparece”…es exactamente lo
que a mí me pasó lo cual habla muy bien de mí, es mérito propio haber llegado a
él. Y así vivo mi maravillosa vida espiritual, con el Maestro aprendí a no
decir malas palabras, a tener relaciones sexuales cuando él me lo autoriza
(cada cuatro ó cinco meses) para conservar mi energía fina radiante e intacta.
Una sola vez al principio de mi discipulado, no cumplí con la pauta de cinco
célibes meses y me toqué hasta satisfacerme, pero cuando me confesé con él
(esto es una vez por semana), el Maestro se enojó mucho (por desobediente, no
por la acción) y no me habló por durante tres meses, que suplicio, que
verguenza! Durante ese tiempo ni siquiera me miró, fue fatal, y eso que me
redujo la penitencia que era de seis meses porque me mandó a decir con su mano
derecha, el hermano Hermes (por Hermenegildo) que podría reducir el castigo si
le llevaba a mi novia de aquel momento la dulce Cecilia y la ponía a su
servicio para que el la iniciara en el “El sol que me alumbra”, por supuesto no
lo dudé ni un minuto y después de varias discusiones pude convencer a la dulce
Cecilia, que accedió a la iniciación que duró una semana a solas con el
Maestro. En ese entonces Cecilia tenía 18 años recién cumplidos yo 25 y era su
primer novio, íbamos por el tercer mes de noviazgo. Que cuantos años tenía el
Maestro? a ciencia cierta no lo sé, mmm calculo que tendría unos 40 ó 45 años,
pero es muy difícil calcular su edad, él siempre está igual “ For ever young”
como dice la canción. De aquella situación pasaron ya diez años, Cecilia?... no
sé, al cabo de la semana iniciática desapareció nunca más la volví a ver…que
desagradecida no? Podría al menos haberme agradecido que de buenas a primeras
tuvo la oportunidad de ser iniciada de primera mano en “El sol que me alumbra”
por el Maestro, pero bueno hay gente que no sabe valorar las situaciones
mágicas que se le presentan.
NOTA: Como ya se habrán dado cuenta el nombre del Ashram
“El sol que me alumbra” está referido al mismísimo Maestro, quien otro podría
ser?
Soy tan feliz y tan espiritual! Gracias a la generosidad
y nobleza de mi Maestro, todo lo bueno que me pasa es gracias a él.
Que de qué vivo? Bueno mi familia tiene una importante
fábrica de autopartes con ventas locales y exportaciones, la familia está
compuesta por mamá, papá y mis tres hermanos. Cuando descubrí al Maestro en mi
vida, sentí que ya no podía estar atado al trivial funcionamiento del mundo
material, así que después de muchas discusiones familiares, les vendí mi parte
de la empresa y compré cuatro departamentos que alquilo y vivo de esa renta,
maravilloso no? En realidad el producto de esos cuatro departamentos (ahora son
dos, los otros dos se los doné al Maestro) lo maneja el Maestro y su oficina
contable que administra todos los bienes del Ashram “El sol que me alumbra”,
ellos cobran los alquileres, y pagan mis gastos que son muy pocos,
prácticamente no toco el vil metal, mejor no? Así no tengo preocupaciones
vulgares y puedo concentrarme 100% en mis actividades del espíritu, además
cultivo mis tomates y la lechuga en el macetero del balcón, hablo con mis
plantas mientras las riego, trato de enseñarle las bondades del silencio al
canario roller que me regalo mi madre, que también está en el balcón, cuento
las estrellas de noche, escucho música zen, siempre tengo un sahumerio sagrado
encendido, hago ayuno un día a la semana y medito, mucha meditación…que más
puedo pedir? Es casi como estar en el paraíso y todo gracias a mi Maestro.
Cuando camino por la calle con mi túnica naranja (es la
que uso para salir de mi isla dorada) veo sonrisas (amables) y gente codearse a
mi paso, claro deben pensar: es un santo, es un ser de luz, será extranjero? Y
yo me deslizo con mis sandalias hindúes entre el vulgo sonriendo y
bendiciéndolos moderadamente…mientras pienso “no se apuren ya tendrán la
oportunidad de evolucionar” tal vez en una próxima vida “benditos sean todos
los seres primitivos ya despertarán”, claro que todo dependerá de que hayan
hecho los méritos suficientes para que el Maestro llegue.
Yo tengo un Maestro y no necesito nada más.
Yo tengo un Maestro y soy muy feliz.
Namasteeeee!
(1) La
zona de Recoleta, es una de las más caras de la Ciudad de Buenos Aires.
***
Por: DON POMELO
BLOG REBELDE EL 33
Blogrebeldedelbarrio.blogspot.com.ar
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