LA HERMANDAD BLANCA DE
LAS ESTRELLAS
Muchos de los grandes
movimientos iniciáticos, religiosos o espiritualistas, antiguos y
contemporáneos, han tenido dentro de sus filas a personas que han influenciado
o teñido a sus respectivos movimientos, o a pequeños y secretos grupos
inmediatos dentro de ellos, con una clara conciencia de la participación o
contacto de vida extraterrestre en los asuntos espirituales de nuestro planeta.
En Muchos casos han
afirmado estar en contacto con estos extraños seres desconocidos, Superiores
Desconocidos, los cuales han transmitido informaciones valiosas, fragmentos de
una sabiduría y de una ética que se adapta al país, la raza, la época y las
regiones sociales de quienes los reciben. Dentro de estos movimientos o grupos
espirituales se encuentra, a través de los siglos, entre otros, la
Francmasonería.
El historiador de la
francmasonería, George Oliver, escribió en 1823: “La antigua tradición masónica
–y tengo mis buenas razones para ser de esta opinión- dice que nuestra ciencia
secreta existía ya antes de la creación de este globo y que había sido
ampliamente divulgada a través de otros sistemas solares”.
No conocemos en
detalle cuáles eran las “buenas razones” de Oliver para ser de esta opinión,
pero entendemos que hay muchas personas a quienes se les hace difícil aceptar
esta idea.
Se deduce de la cita
la existencia de antiquísimas civilizaciones en otros planetas o sistemas
solares que habrían existido antes de nuestro mundo, poseedores de un saber
excepcional.
Jacques Bergier opina
que esta observación de Oliver, hecha en el siglo XIX, influyó en Leo Taxil,
quien, a su vez lo hizo en el escritor Howard Phillips Lovecraft (1).
Éste, atraído por el
tema, lo desarrollaría en algunas de sus narraciones cosmogónicas, revestido de
los extraños y terroríficos escenarios propios de su visión particular; por
ejemplo, en su notable relato “En la noche de los tiempos”, escrito en
1934 (2).
UNA HOGUERA QUE
ALUMBRA LEJOS
Cuando se creía que la
Tierra era el centro del universo, Giordano Bruno fue quemado vivo en Roma, en
1600, por la Inquisición, por plantear que la Tierra era sólo un planeta en un
sistema solar entre otros sistemas y que seres vivientes habitaban esos mundos.
Para Bruno, la
existencia de otros planetas habitados era parte de la magia. Insistió en el
papel que deben jugar las matemáticas en la magia.
Imprudente, habló
demasiado… ¿Pero qué es la magia? Para Clarke “toda tecnología suficientemente
adelantada no puede distinguirse de la magia”.
Una de las “puntas
visibles” más importantes, dentro de muchas otras que permanecen en el oculto
silencio, de contactos extraterrestres con miembros de la francmasonería en los
tiempos pasados, fue Emmanuel Swendenborg (1,688 – 1,772), famoso vidente de
Suecia quien afirmó haber recibido visitas regulares de “ángeles”, de haber
visitado remotos lugares del cielo mediante la proyección astral y haber
hablado con seres espirituales de otros planetas, entre los que cabe mencionar
los del planeta Mercurio y Marte (3).
Swendenborg fue un hombre
interesado en casi todos los campos del conocimiento humano. Escribió 150 obras
de 17 ciencias; hablaba fluidamente nueve idiomas.
Científico, ingeniero
de minas, militar, astrónomo, físico, zoólogo, financiero, economista, músico,
miembro del Parlamento, vidente, místico, aseguraba tener relaciones diarias
con los espíritus, a los cuales describe dentro de sus 32 volúmenes religiosos
titulados “Cielo e infierno”.
Ahondando en el
lenguaje simbólico de la Biblia, escribió doce volúmenes sobre el significado
psicológico de dos libros de ésta, el Génesis y el Éxodo (4). Fundó el Rito
Masónico que lleva su nombre.
AQUEL CUERPO HECHO CON
LUZ DE LAS ESTRELLAS
Podemos observar que
la proyección astral juega un papel importante en los contactos extraterrestres
que Swendenborg manifestó haber tenido.
Recordemos que el
Cuerpo Astral es el doble o contraparte etérea de nuestro cuerpo físico, más
sutil y distinto de la estructura orgánica con la cual coincide normalmente. La
palabra “astral” proviene del griego “aster” que significa estrella.
Los griegos entendían
que el cuerpo astral estaba hecho de un material “como de estrellas” que
rodeaba el alma.
Cuerpo Sideral es otro
de sus nombres, del latín “sidus”, que también quiere decir estrella. La razón
de este nombre es que generalmente el cuerpo astral emite un destello luminoso
y está hecho de un sutilísimo material que vibra a altísima frecuencia (5).
En relación a los
viajes astrales que habría realizado Swedenborg a otros planetas, considero
conveniente mencionar que C. W.
Leadbeater, teósofo,
masón grado 33º, notable clarividente, en un estudio detallado y clasificado de
los habitantes del plano astral, manifiesta que, en dicho plano, además de los
astrales de seres humanos encarnados (vivientes en el mundo físico) y de los
desencarnados (muertos en el mundo físico), se encuentran, ocasionalmente, los
Astrales de Extraterrestres, de “altísimos Adeptos procedentes de otros
planetas de nuestro sistema solar” y de los“todavía más excelsos visitantes
provenientes de lejanísimas distancias…”.
Además, dice,
circunstancialmente se pueden encontrar los astrales de “dos grandes
evoluciones no humanas que actualmente comparten el uso del planeta terrestre y
sobre los cuales está prohibido dar referencias”.
También en el plano
astral, señala, se encuentran el cuerpo astral de los animales (que permanecen
muy poco tiempo en él) y los espíritus de la naturaleza: gnomos (tierra),
ondinas (agua), sílfides (aire) y salamandras (fuego).
Para Leadbeater, los
seres divinos llamados “Devas” por los hinduistas son equivalentes a los
llamados “Ángeles” en Occidente, y sus huestes se incrementan mayormente de
otras humanidades del sistema solar(6).
Por otro lado,
observamos que San Pablo, al parecer, nos describe un viaje astral hacia otros
planetas del cielo en el siguiente pasaje bíblico: “Conozco a un hombre en
Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo,
no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.
Y conozco al tal
hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue
arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre
expresar” (II Corintios, Cap. 12, Vers. 2-4).
EL RITO SOCRÁTICO, que
inaugurara Juan de Toland en 1720, adoptó, al año siguiente, el sistema de
Swendenborg.
Esta masonería tuvo
ocho grados, de los cuales, el último, Kadosch, era conferido, preferentemente,
a aquellos propios de un estado de realización espiritual, que a los llamados
“maestros en cábala” de carácter especulativo.
EL RITO DE LOS
ILUMINADOS, constituido también conforme con el Manual de Swedenborg, se dio a
conocer en 1,745 (7). Eliphas Levi (1810 –
1875) opina que la denominación “Iluminado”, que generalmente se da a los
Adeptos, ha sido mal interpretado dándosele un sentido místico “como si
significara hombres cuyas inteligencias creen haber sido iluminadas por un día
milagroso”.
“Iluminado significa
-dice- simplemente conocedor y poseedor de luz, bien sea por el conocimiento
del gran agente mágico o por la noción racional y ontológica de lo absoluto”.
Dentro de este
contexto, para él, la palabra “luz” es equivalente a “magnetismo”, pero
prefiere la primera por ser más tradicional en ocultismo y porque expresa, en
forma más completa, la naturaleza de este agente secreto.
ANTIGUAS FORMAS DE
COMUNICACIÓN:
EL “TELEVISOR” ASTRAL
DE LOS MAGOS Y LOS INCAS
Eliphas Levi,
comentando que los médiums tiptológicos, y aquellos que hacen hablar los
espíritus con cartas alfabéticas, están muchos siglos retrasados en sus procedimientos,
nos habla de la existencia de “un instrumento oracular cuyas palabras son
siempre claras y seguras, por medio del cual uno puede comunicarse con los
siete genios de los planetas” (8).
Para el propósito de
comunicarse con estos seres de los planetas, dice que es suficiente con
“comprender el sistema de analogía universal, tal como lo ha establecido
Swendenborg en su Clave Jeroglífica de lo Arcano”(9).
Esto pone en evidencia
la existencia de técnicas para comunicarse con seres del exterior del mundo,
elaboradas por Swendenborg y que habrían sido difundidas entre los iniciados
que reunían las condiciones para estas operaciones.
Otro recurso o técnica
antigua para supuestamente comunicarse con seres de otros planetas, lo
constituyen los famosos “espejos negros” como el que usó John Dee (1527 – 1608)
que también uso Swendenborg.
El “espejo” le fue
dado a John Dee por un ser rodeado de luz, el 25 de mayo de 1561, al que él
llamó “ángel” para simplificar.
Éste le dijo que
mirando en el cristal vería otros mundos y podría establecer contacto con
inteligencias distintas de las del hombre.
Los extraños seres con
los que Dee se comunicó hablaban una lengua desconocida que él aprendió y a la
cual llamaba lengua “enoquiana” (de Enoc, que también se escribe Enoch, nombre
de aquel personaje bíblico que fue llevado al cielo, como el profeta Elías;
este último, transportado en un “carro de fuego”).
La lengua enoquiana
constituyó contemporáneamente la base de la doctrina secreta de la más dinámica
de las sociedades secretas operativas de nuestro tiempo: “The Golden Dawn in
Outer” (“El Alba Dorada del Exterior”) que en 1888 consagrara en Londres el
Templo Isis Urano (10).
Pero esta técnica de
comunicación, la de los “espejos negros”, no es una exclusividad europea. Se
usaba también en otros lugares del mundo.
Lo que predomina en la
época actual es el método de la escritura psicográfica o telepatía
instrumentalizada.
En 1575 se publicó la
“Relación de los Ritos y Fábulas de los Incas” de Cristóbal de Molina “el Cuzqueño”.
Es decir, seis años
antes de que John Dee tuviera su encuentro con el misterioso ser rodeado de
luz.
Molina fue párroco de
la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios en el Cuzco. Para recopilar sus
informaciones sobre “las idolatrías” de los Incas, hizo llamar a los más
ancianos maestros y sacerdotes Incas que pudo, muchos de los cuales fueron
contemporáneos de Huayna Cápac, conocedores de las tradiciones y ritos de su
pueblo.
Entre las historias
que Molina escuchó de los labios indios y registró en su libro, está la
historia de Inca Yupanqui: éste, mientras se dirigía a visitar a su padre
Wiracocha Inca, que se encontraba en Sacsahuana, vio caer del cielo una “tabla
de cristal” en una fuente llamada de Susurpuquio.
En la tabla vio una
figura humana que emitía rayos resplandecientes, la cual le llamó y le habló
identificándose como su padre el Sol.
Le dijo que él habría
de conquistar muchas naciones, dándole, además, otras instrucciones.
La imagen humana
resplandeciente desapareció. El espejo, similar al cristal, quedó en manos del
Inca, en el cual, después –dice la crónica de Molina el Cuzqueño- éste “veía
todas las cosas que quería”.
Según Garcilazo de la
Vega, los Incas, además del quechua que era la lengua general, oficial, que
impusieron a todos los pueblos que conquistaban, “tuvieron otra lengua
particular, que hablaban entre ellos, que no la entendían los demás indios ni
les era lícito aprenderla, como lenguaje divino” (11).
Este otro “lenguaje
divino”, exclusivo, secreto, de la jerarquía Inca, aparte del quechua, ¿era
algún tipo de lengua “enoquiana”? No lo sabemos.
Hacen falta estudios
más profundos y minuciosos sobre las técnicas y procedimientos de magia usados
por la más alta jerarquía del sacerdocio Inca, muy por encima de las formas
mágicas de la población común y de las supersticiones del vulgo.
Entendiendo
correctamente, la magia es una vía de conocimiento diferente a las vías
racionales y lógicas a las que estamos acostumbrados, y, por la cual, en
tiempos antiguos, los hombres se acercaron a conocimientos profundos y
trascendentales.
Hoy la civilización
moderna se acerca a ellos mediante otros recursos de la ciencia experimental,
formal, racionalista, de base materialista.
Los antiguos dieron
más énfasis a conocimientos que estaban en relación con el desarrollo del ser,
más que a los aspectos prácticos de la capacidad de tener, en cuyo campo permanecieron
simples y con una tecnología naturalista.
Según el “manuscrito
Voynich” –parcialmente traducido por Newbold-, Róger Bacon (1214 – 1294) habría
visto en un espejo cóncavo especial, una estrella en forma de caracol que se
encontraba entre el ombligo de la constelación de Pegaso, el busto de Andrómeda
y la cabeza de Casiopea.
Por este medio habría
comprendido que la nebulosa de Andrómeda era una galaxia como la nuestra,
muchos siglos antes de que existieran los gigantescos telescopios de hoy, con los
cuales se observan las nebulosas lejanas (12).
Papus (el Dr. Gerard
Encausse) da una lista de varios tipos de “espejos negros” en su libro “Tratado
Elemental de Magia Práctica”.
Incluso da
instrucciones de cómo construir algunos y de cómo usarlos correctamente para
ver durante las ceremonias rituales de magia.
Aún así, el secreto
para ver en un “espejo negro” no está en el espejo en sí, sino en cierto
entrenamiento, desarrollo y capacidad psíquica y mental, personal, de aquél que
mira.
UNA CADENA VIVIENTE DE
HERMANDAD QUE VIENE DESDE LAS ESTRELLAS
Hacia 1760, el
benedictino Dom Pernety fundó en Aviñón una sociedad de masonería hermética,
inspirada en las doctrinas de Swendenborg, bajo el nombre de Iluminados de
Aviñón.
Este rito
francmasónico pasó de allí a Montpellier en 1779 bajo el nombre de Academia de
los Verdaderos Masones que al poco tiempo se fusionó con las sociedades
masónicas teosóficas del sur y del este, en la gran corriente de la
Francmasonería Martinista. En 1783 el Marqués de Thon fundó también un Rito
swendenborgiano en París.
Para comprender la
diseminación de las experiencias, prácticas mágicas e ideas de Swendenborg
sobre la vida extraterreste en numerosas logias masónicas de Europa, y cómo
muchos compartían sus puntos de vista y quizás tuvieron sus propias
experiencias al respecto, citamos al Gran Maestre de la primera logia
francmasónica de Londres, Jean Théophile Desaguliers, francés de origen, quien,
en el libro que publicó en 1723 sobre la historia y las doctrinas de la
francmasonería, profetiza sobre el próximo advenimiento de una sabiduría
universal traída del exterior del mundo (13).
El filósofo alemán
Enmanuel Kant (1724 – 1804), que planteó el dilema empírico-racionalista y a
quien se debe una nueva teoría objetiva de ética, proporciona informaciones
sobre los habitantes de otros planetas.
Kant afirma que estos
habitantes son tanto más ricos en vida espiritual cuanto más se alejan del Sol.
Sería interesante saber de dónde obtenía Kant tales informaciones.
Pero no olvidemos que
Kant, contemporáneo de Swendenborg, impresionado por las cualidades de éste,
dedicó, a la vida y al pensamiento del vidente, una pequeña obra titulada
“Sueños de un Visionario, Explicados con Sueños de la Metafísica” (14).
Vimos, en la primera
cita de este artículo, que el historiador de la francmasonería, George Oliver,
en 1823 da un origen extraterrestre a la tradición masónica.
Muchos años después, a
fines del siglo pasado, esta idea vino a ser respaldada, en un sentido
general,por H.P. Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica.
Basada en un antiguo y
misterioso manuscrito oriental conocido como las “Estancias de Dzyan”, afirmaba
que hace varios millones de años llegaron de Venus los Hijos del Fuego, los
Señores de la Llama, quienes constituyeron la primera Jerarquía Oculta de la
Tierra, alimentadora de los Adeptos y centro emanador de toda vida oculta.
“Dzyan” es una palabra tibetana que quiere decir Sabiduría, Conocimiento
Divino.
Sobre este manuscrito,
Blavatsky basa la primera parte de su monumental obra “La Doctrina Secreta” (15).
Según este punto de
vista cosmogónico, se deduciría que todas las tradiciones iniciáticas, incluida
la masónica y la de la Sociedad Teosófica, tendrían sus raíces en este Centro
Único, Conservador Perpetuo de la Llama Interior de la Sabiduría, de origen
exterior, que se habría manifestado, siempre encendida, a través de los grandes
ciclos de vida y muerte de continentes que se renuevan periódicamente, de
acuerdo a las necesidades de evolución del planeta y las de maduración y
cosecha de los distintos sembríos de las formas vivientes, incluida la humana,
sobre ella.
LA TIERRA REFULGENTE
DE LA MASONERÍA
Por otro lado, en
concordancia con los puntos de vista de George Oliver y de H.P. Blavatsky,
antes citados, C. W. Leadbeater, grado 33º, escribió lo siguiente en su libro
“La vida oculta en la Masonería”: “Hace millares, quizá millones de años, que
por orden del Rey espiritual del mundo se fundó la Masonería, y aún es una de
las más poderosas armas en Sus manos y uno de los más eficientes canales de su
bendición”.
Se sobrentiende que el
Rey espiritual a que se refiere Leadbeater es al Jefe de aquellos a quienes se
les nombra con los títulos de los “Hijos del Fuego”, “Los Señores de la Llama”,
llegados de Venus, mencionados en la “Doctrina Secreta”.
Annie Besant y C. W.
Leadbeater, discípulos de H.P.Blavatsky, en su libro “El Hombre ¿De Dónde y
Cómo Vino? ¿Adónde Va?”, describen literariamente así la llegada de la
Jerarquía Espiritual constituida por los hombres de Venus:
“Con el estruendoso
bramido de un torrente y envuelta en ígneas nubes que cubrían el firmamento de
disparatadas lenguas de fuego, descendió entonces de inconcebibles alturas,
relampagueando a través de los aéreos espacios, la carroza de los Hijos del
Fuego de los Señores de la Llama, que venidos de Venus, posaron sobre la Isla
Blanca, risueñamente tendida en el seno del Mar de Gobi” (…)
Sanat Kumara advenía
acompañado de sus discípulos los tres Kumaras y sus ayudantes, los treinta
poderosos seres que (…) estaban revestidos de los gloriosos cuerpos que Ellos
mismos habían formado por el poder de Kriyashakti.
Ellos eran la Primera
Jerarquía Oculta, alimentadora de los futuros Adeptos y centro de toda vida
oculta.
La morada de estos
seres fue y es la imperecedera Tierra Sagrada en que sempiternamente brilla la
Estrella refulgente, símbolo del monarca de la Tierra, el inmutable Polo en
cuyo torno se enhebra de continuo la vida de nuestro planeta”.
Según sostienen
algunas hermandades espirituales poco conocidas a nivel del gran público, Sanat
Kumara ha permanecido en nuestro planeta sosteniendo en secreto su desarrollo
desde entonces.
Apoyando así mismo la
labor de los grandes maestros y conductores espirituales que han trabajado en
público y secreto a través de las edades.
Mítico o real, a
título informativo, como toda la documentación que hemos ido presentando en el
transcurso de esta exposición, transcribimos un aspecto del pensamiento de
Sanat Kumara, tal como fue recibido y registrado por medio de un sistema vocal
de naturaleza telepática en el Principal Retiro Exterior de la Hermandad de los
Siete Rayos en los Andes peruanos:
“Si supierais cuántos
innúmeros mundos hay en el espacio –estrellas de gran majestad y belleza que
aparecen como resplandecientes gemas en el terciopelo negro del Omniverso-, los
millones de almas que están clamando, y sus voces resuenan como un repicar de
paz hacia la Tierra.
Si los hombres
tuvieran conciencia de este amor y este afecto y este designio, los problemas
de la Tierra no serían problemas en absoluto.
Por consiguiente, es
nuestro deber darles este mensaje que es un mensaje doble: un aviso para que se
preparen para lo que ha de venir en las aguas y los vientos; y en segundo
lugar, el mensaje de que hay seres que se preocupan, que obran como emisarios
del Uno Infinito.
Decidles que son
amados, que serán guiados tal como piden ser guiados: “Pedid y se os dará;
buscad, y hallaréis; llamad y se os abrirá”.
Serán atrapados y
llevados adonde las águilas se reúnen. No se los hallará en necesidad. Decidles
que su Padre los ha oído. Su Padre está siempre lleno de gracia y de amor para
con Sus hijos.
Soy aquél cuya
grandeza es como la más pequeña partícula de arena en la Tierra y es tan bajo
como la cima de la más alta montaña” (16).
Es evidente que por
encima del hombre existen otras nobles inteligencias que se expresan en
distintas dimensiones del universo, en otros niveles de existencia.
Así nos lo enseñó
Jesucristo cuando dijo: “De cierto os digo: entre los que nacen de mujer no se
ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino
de los cielos, mayor es que él” (Mateo, Cap. 11, Vers. 11).
Nuestro propósito es
abrir al lector una puerta hacia otra dimensión de comprensión, por la que
pueda trasladarse, intuitivamente, hacia el sentido inefable de una experiencia
expresada antigua y modernamente.
Que pertenece al
pasado, pero que es, a la vez, el futuro delante de nuestros ojos. Con lo dicho
aquí, apenas hemos empezado a levantar el velo que cubre una realidad
desconocida sobre la que hay que meditar, comprender.
Y es que, para los
efectos de lo que queremos comunicar, como dijo Shakespeare, “el pasado
solamente es un prólogo”. Y todavía hay mucho que decir sobre este tema.
NOTAS Y REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
(1) Jacques Bergier:
“Los Extraterrestres y la Historia”. Capítulo 6: Los Visitantes de la Edad
Media.
(2) H.P Lovecraft,
precisando el sentido de sus narraciones, en una oportunidad dijo: “Todos mis
relatos, por muy distintos que sean entre sí, se basan en la idea central de
que antaño nuestro mundo fue poblado por otras razas que, por practicar la
magia negra, perdieron sus conquistas y fueron expulsados, pero viven aún en el
exterior, dispuestas en todo momento a volver a apoderarse de la Tierra”.
Como epígrafe de su
relato titulado ”La Llamada de Cthulhu”, Lovecraft puso este párrafo de
Algernon Blackwood, uno de los precursores de los mitos de Cthulhu:
“Es concebible que
tales Potencias o seres hayan sobrevivido desde una época infinitamente remota
en que la conciencia se manifestaba quizá a través de cuerpos y formas que ya
hace tiempo se retiraron ante la marea de la ascendiente humanidad, formas de
las que sólo la poesía y la leyenda han conservado un fugaz recuerdo bajo el
nombre de dioses, monstruos, seres míticos de toda clase y especie”.
En: Howard Phillips
Lovecraft y otros, “Los Mitos de Cthulhu” –Narraciones de horror cósmico.
Selección, estudio preliminar, introducciones, bibliografía y notas de Rafael
Llopis-.
Sorprendentemente la
opinión de Lovecraft es coincidente, ene líneas generales, con la opinión de
Albert Einstein sobre los OVNIS:
“Los platillos
voladores existen, y el pueblo que los posee es un pueblo de seres humanos que
partieron de la Tierra hace 20,000 años” (citado en, Henry Durrant, “OVNIS,
Realidad o Ficción”).
(3) John Weldon/Zola
Levitt: “OVNIS, ¿qué está sucediendo en la Tierra?”
(4) Wilson Van
Dussen: “Las alucinaciones como el mundo de los espíritus” –Estudio comparado
de los relatos de alucinaciones de pacientes con la descripción del mundo de
los espíritus de E. Swendenborg-.
(5) Anthony Martin:
“Teoría y práctica de la proyección astral” –Una guía preliminar de las teorías
sobre las experiencias fuera del cuerpo y de las técnicas para liberar el
cuerpo astral-. Ver también: Sylvan Muldoon y Hereward Carrington, “La
proyección del cuerpo astral”.
(6) C. W.
Leadbeater: “El plano astral y el plano mental”.
(7) Serge Raynaud de la
Ferriere: “El Libro Negro de la Francmasonería”.
(8) No olvidemos que
la astronomía y astrología tradicional consideraba la existencia de siete
planetas: Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
(9) Eliphas Levi:
“La Clave de los Misterios”.
(10) Jacques Bergier: “Los
Libros Condenados”.
(11) Garcilazo de la Vega:
“Los Comentarios Reales de los Incas”, Libro Séptimo, capítulo I.
(12) Jacques Bergier:
“Los Libros Condenados”.
(13) Jacques Bergier: “Los
Extraterrestres y la Historia”.
(14) Jacques Bergier,
Ob. Cit en el numeral anterior. Y Massimo Inardi, “Mente sin Fronteras”.
(15) H. P. Blavatsky:
“La Doctrina Secreta”.
(16) Brother Philip: “El
Secreto de los Andes”.
Contribución de:
Claudia Marcela
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