Durante mi vida, he sufrido muchos
“apagones”, es decir: períodos largos de inconciencia, cuando olvidaba quién soy y a que vine y me dedicaba a ser una pieza más de la gran maquinaria
de producción, para agradar a mis
padres y a mis tíos y dejar de ser considerado la oveja negra de la familia.
En verdad, ser oveja tiene sus ventajas: nunca estás
solo, siempre tienes temas de conversación y si eres medianamente exitoso, te
sobrarán mujeres que quieren compartir su vida contigo (para que las mantengas).
Pero, además de ser lanudo, tengo colmillos largos,
de depredador… y de vez en cuando, me mordía los labios y me acordaba de que,
no solo no era una oveja blanca… sino que, lo que es peor aún… soy un lobo
estepario.
Si debo hacer un balance, mi vida ha sido 50% como
lobo y otro 50% como pendejo, ave de corral,
borrego.
Porque el sistema tiene una rutina de “format disk”
que se dispara cada tanto y te jodes olvidando lo que eres.
Una de las rutinas preferidas del sistema es la que te lleva a una institución que, paradójicamente, parece poseer todo el conocimiento
que estás buscando, te atrapa en una
especie de moco devocional y te mantiene allí, a veces, durante años.No
obstante, como para convencerte tiene que darte un
poco de verdad mezclada con la mentira (y ellos saben la verdad), te quedas con un poco de ella… si eres lo bastante
hábil…
Pero peor aún es cuando respiras el cloroformo de la
sociedad de producción y te alcanza el éxito profesional y apareces en
revistas, ganas mucho dinero y te tienes que sacar a las mujeres con
matamoscas.
El precio del olvido es catastrófico, se queda con el brillo de tus ojos e
imprime una máscara de cartón en tu rostro.
Sin embargo, peor que toda esta cuestión de caer y
levantarse, es la vida de los pendejos, a veces exitosos, a veces no, que
venden su libertad al precio de una seguridad inexistente, en una sociedad de
esclavos.
Como sabes si eres uno de estos
pendejos? Es bastante fácil:
- Si nunca te has preguntado si lo eres, lo eres.
- Si crees que todo esta bien, a pesar de la crisis económica,
eres un pendejo.
- Si vas a la iglesia, a cualquiera, periódicamente, y
te sientes bien pensando en que cumpliste con Dios, eres un pendejo y un
enfermo mental.
- Si crees que tu casa y tu auto, son
tuyos… también lo eres…
- Si piensas que la vida se trata simplemente de
progresar y jubilarse para disfrutar de la vida (que te resta)… eres un pendejo
al cuadrado.
Hay más síntomas, pero creo que con
estos puedes captar más o menos la idea.
Hay un tipo de pendejos especiales,
ellos no son ovejas, son cabritos de monte… ellos creen en la ley de la
Evolución de Darwin, se autodenominan escépticos y se burlan de todos los
demás, tildándolos de espiritualistas, fanáticos, fantasiosos, etc…. Eso si,
ellos se basan en la ciencia del siglo pasado, la cual conocen al dedillo y
también conocen mil formas de agredirte… Pero también terminan en el asador.
No sé como calificar al pendejo que se alinea con los
lobos y hace comentarios de lobo, pero continua siendo un borrego… hay,
también, una gran cantidad.
Hazte el test, por favor, y
pregúntate si quieres llegar a viejo y ser como tu abuelo: un anciano jubilado
al que nadie quiere, que pasa sus días tratando de recordar si alguna vez
tuvo una vida…
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