La oreja no es
tan solo un órgano para escuchar, sino que también refleja en sí la vida entera
del hombre. Cuando la oreja de una persona es amplia arriba, él es un hombre
virtuoso; cuando se vuelve materialista, su oreja se vuelve picuda hacia
arriba, como en los animales. Cuando el hombre trabaja correctamente en su vida
y comprende las leyes de la vida común, su oreja por abajo se alarga, lo que es
una señal de que su vida también se alarga. Y el que no tiene por abajo una
longitud suficiente de su oreja, esto indica que su vida está en peligro de
acortarse; esto muestra que en su familia una serie de generaciones no han
vivido bien. Tal hombre, en una pequeña crisis de enfermedad partirá. Y a un
hombre con oreja larga las enfermedades pueden machacarlo muchas veces, pero él
quedará vivo, puesto que la oreja, la nariz, como también los demás órganos en
el cuerpo del hombre, son conductores de las energías naturales. De su correcta
o incorrecta asimilación también depende cómo se va a formar el cerebro del
hombre. Cuanto más armónicos pliegues tiene la oreja de una persona, tanto mejor
está formada su mente y tanto mayor es su inteligencia.
La oreja es un
órgano para escuchar, pero ella también muestra el comportamiento que tiene el
hombre. La oreja tiene relación con la voluntad. El que tiene una oreja bella,
él se comporta bien, sus actos son correctos. Si la oreja de uno no es bella,
por mucho que se esfuerce por actuar bien, no podrá.
Recordad: la
vida externa, el comportamiento del hombre dependen de la oreja. Mediante la
oreja, el ser humano aprende a escuchar. A través de ella él se conecta con el
mundo Razonable que se manifiesta a través de la naturaleza.
Cuando la oreja
arriba no es amplia, el ser humano entra en conflicto con todos: empuja a este,
empuja a aquel; a este dice una palabra ofensiva, a aquel dice una palabra
ofensiva. Si la oreja no está bien formada, pero la nariz es correcta, ella
salva la situación. La oreja bella endereza la nariz, y lo contrario, la nariz
correcta endereza la oreja. Cuando trabaja conscientemente, el hombre puede
erigir los defectos de su carácter, como también las partes de su rostro.
Si la
línea externa de la oreja es correcta y bien marcada, esto habla de un carácter
establecido. El color de la oreja puede ser pálido o amarillo, pero lo correcto
es que tenga un color natural, que salga una luz de ella.
Cuando el
hombre ha estado enfermo por cierto tiempo, él pierde una parte de su energía
vital. He aquí lo que puede hacer el ser humano en este caso. Que de vez en
cuando coja con dos dedos la parte posterior carnosa y la estire ligeramente
hacia abajo. Después de esto que masajee la prominencia detrás de la oreja, y
observe los cambios que ocurren en su organismo. Haced estas pruebas no solo
cuando estáis enfermos, sino también en caso de indisposición del espíritu.
Te estallas, te
irritas, debes transformar tu estado. ¿Cómo? Coge tu oreja. Hay un sitio detrás
de la oreja que cuando lo coges la ira inmediatamente desaparece. Coge tu oreja
y di: “Gloria a Dios, he pasado una crisis”.
Hay una línea
en la oreja que yo llamo primaria. Ella debe estudiarse. En ella está impuesto
el impulso Divino. De ella provienen todas las cualidades del ser humano.
¿Cómo
desarrollar mi oreja? Coge tu oreja tres o cuatro veces al mes, empezando desde
arriba y terminando abajo. Al mismo tiempo dirige hacia tu mente y corazón
pensamientos luminosos y sentimientos nobles. Los pensamientos y los
sentimientos que sientes cuando alguien te acepta en su hogar
desinteresadamente y con amor, con tales pensamientos y sentimientos pasa tu
mano sobre la línea externa de tu oreja derecha y luego por la izquierda.
Durante este tiempo pon tu mano libre en la cintura. Cuando haces este
ejercicio, poco a poco adquirirás fuerzas nuevas. Esto no ocurre de golpe. No
esperéis resultados rápidos.
Cuando te
desanimas, pasa tus dedos por la línea externa de tu oreja y di: “Un capital es
esto”. Si tienes capital ¿debes desanimarte? Por lo tanto, de vez en cuando
coge tú oreja y piensa en su formación. Esto actúa educativamente y suaviza el
carácter.
Cogerás tu
oreja por abajo y dirás: “Quiero ser sano. Deseo la salud para toda la gente
también”. Luego cogerás tu oreja arriba y dirás: “Deseo ser prudente como toda
la gente prudente que ha vivido antes de mi”. Por fin cogerás la parte media de
tu oreja y dirás: “Quiero ser activo, expeditivo en mis sentimientos”. Este
ejercicio tiene resultados parecidos a la homeopatía con la cuál algunos
médicos se sirven.
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