lunes, 24 de junio de 2013

Las Enseñanzas de la Sabiduría Eterna


Desde tiempos antiguos, un cuerpo de enseñanzas espirituales* conocido como las Enseñanzas de la Sabiduría Eterna ha sido transmitido de generación en generación. Un relato sistemático y detallado de la evolución de la conciencia en el hombre y la naturaleza, describe cómo el universo nació, cómo funciona y el sitio del hombre dentro de él.
La Sabiduría Eterna ha proporcionado la inspiración para las artes y las ciencias a lo largos de las eras y es también el denominador común de todas las religiones del mundo. ‘Esoterismo’, como también se la conoce a veces, es también el arte de trabajar con esas energías que emanan desde las más elevadas fuentes espirituales.


A medida que la humanidad madura, aspectos adicionales de este conocimiento anteriormente oculto, son hechos públicos de una forma más amplia y abierta. Durante los últimos 100 años, las Enseñanzas de la Sabiduría Eterna han sido comunicadas a través de individuos como Helena Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica, y más tarde por Alice A. Bailey y Helena Roerich.
Dios y el hombre
El esoterismo define a Dios como la suma total de todas las leyes, y de todas las energías gobernadas por estas leyes que conforman todo en el universo manifestado y sin manifestar, todo lo que vemos y no podemos ver. Dios es también el gran Ser Cósmico que enalma este planeta.
El hombre, a su vez, es una ‘Chispa de Dios’, un ser espiritual que se expresa a sí mismo a través de un cuerpo físico. Cada uno de nosotros es en esencia divino pero, comparado con las grandes eminencias a través de la historia en todas las religiones y campos de esfuerzo humano, la mayoría de individuos reconoce y demuestra esta divinidad sólo en un grado limitado.
Ley del Renacimiento
El proceso por el cual gradualmente manifestamos más de esta divinidad es el renacimiento (reencarnación). Como los niños cuando acceden al sistema escolar en preescolar, comenzamos a un nivel muy básico de expresión humana, sin comprender nuestra verdadera herencia espiritual. A través de las experiencias de incontables vidas en muchos países, con diferentes educaciones culturales y religiosas, tanto en cuerpos masculinos como femeninos, aprendemos muchas lecciones a través de éxitos y fracasos, y avanzamos en nuestro camino evolutivo de vuelta a la Fuente. Los logros en cada vida se portan a la siguiente.
Ley de Causa y Efecto
El ‘método’ utilizado en este sistema educativo es la Ley de Causa y Efecto (o, en terminología oriental, ‘karma’) que la Biblia describiría: “Lo que siembras, cosecharás”. En términos de física moderna, la Ley de Causa y Efecto podría resumirse como: “Por cada acción existe una reacción igual y opuesta”. Cada pensamiento y acción crea una causa que inevitablemente conduce a ciertos efectos para mejor o peor. Con la comprensión y trabajo dentro de esta Ley impersonal, aprendemos a escoger mejor y gradualmente tomamos control de nuestro propio destino. Con la experimentación de todo lo que la vida en este mundo tiene para ofrecernos, con el tiempo adquirimos una total maestría sobre nosotros mismos y nos convertimos en seres perfeccionados, Maestros de Sabiduría, manifestando totalmente la divinidad que reside en cada uno de nosotros.
Jerarquía Espiritual
Los Maestros de Sabiduría, que juntos conforman la Jerarquía Espiritual, son los custodios del Plan Divino para este planeta. Ellos han inspirado todos los grandes logros humanos, trabajando desde detrás de la escena a través de sus discípulos en cada campo de actividad. Los Maestros guían y enseñan, pero es la humanidad misma, respondiendo desde su propio libre albedrío a su estímulo, quien crea cada nueva civilización. Hoy, los Maestros están regresando al mundo exterior como un grupo por primera vez en incontables milenios.
Continuidad de la enseñanza
A lo largo de la historia, cuando la humanidad alcanzó un punto de crisis culminante, la Jerarquía Espiritual ha enviado a un Instructor para mostrar el camino a seguir. Los más conocidos de estos mensajeros divinos son Krishna, Buddha, Confucio, Jesús y Mahoma. Cada una de sus enseñanzas produjo el nacimiento de una nueva religión.
Prácticamente cada tradición espiritual espera ahora el regreso de su reverenciado Instructor para validar el pasado y continuar la enseñanza. Los cristianos esperan al Cristo; los judíos, al Mesías; los musulmanes, al Imán Mahdi; los budistas, al Quinto Buddha; y los hindúes, al Señor Krishna. En la tradición esotérica, un individuo, el Instructor del Mundo, es visto como la consumación de todas estas expectativas.
El Instructor del Mundo para el tiempo actual es Maitreya, el ‘hermano mayor’ de la familia humana y líder de la Jerarquía Espiritual. Prefiriendo ser conocido simplemente como el Instructor, Maitreya no ha venido a fundar una nueva religión, sino a actuar como un guía y consejero para toda la humanidad, sin importar la afiliación religiosa.
Habiéndose perfeccionado y manifestado en su totalidad dentro de sí mismo la Voluntad, Amor, Sabiduría e Inteligencia Divinos de Dios, Maitreya revelará un nuevo aspecto de Dios. Él nos conducirá al reconocimiento de nuestra propia divinidad y de nuestra verdadera identidad como almas. De esta gran comprensión espiritual y poder creativo surgirá una nueva cualidad de vida, armonía y alegría.
El anticristo
El anticristo no es un hombre que vendrá antes del Cristo, y que incluso podría ser confundido por el Cristo. Esta idea proviene de una interpretación del Apocalipsis de San Juan: la bestia, 666, es desencadenada por un período, y luego vuelta a encadenar por un período y medio. Este pasaje en realidad se refiere a la liberación de la energía que denominamos anticristo. No es un hombre sino una energía, una fuerza destructiva que es liberada deliberadamente para derribar el antiguo orden, la antigua civilización. Fue liberada en tiempos de Juan, a través del Emperador Nerón, para poner fin a la dispensación romana, para preparar el camino al cristianismo. Fue liberada nuevamente en nuestro tiempo a través de Hitler, un grupo de hombres igualmente malvados alrededor suyo en la Alemania nazi, junto a un grupo de militaristas en Japón y otro grupo alrededor de Mussolini en Italia. Estos tres grupos, las fuerzas del Eje en la guerra entre 1939 y 1945, encarnaron la energía que denominamos el anticristo. Esa fuerza destructiva fue liberada para preparar el camino para el regreso del Cristo al mundo ahora. Y fue, realmente, en Junio de 1945, precisamente al final de la guerra, que Maitreya anunció su intención de regresar en el momento más pronto posible, y esta vez traer a su grupo, los Maestros de la Jerarquía Espiritual, de vuelta al mundo, en su caso por primera vez en cerca de 95.000 años. Con la derrota de las fuerzas del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, el trabajo de la energía del anticristo se completó para esta era y volverá a manifestarse nuevamente en unos 3.000 años.

* El término ‘espiritual’, normalmente asociado a alguna forma de religión o práctica religiosa, en realidad tiene un significado más amplio: “Toda actividad que impulsa al ser humano adelante hacia alguna forma de desarrollo –físico, emocional, intuitivo, social– si es avanzado para su estado actual, es esencialmente espiritual en naturaleza”. [El Maestro Tibetano Djwhal Khul] Con esta definición, cada palabra, pensamiento o acción es potencialmente espiritual y capaz de mejorar la condición humana.


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