Las Enseñanzas de la Sabiduría Eterna
Desde tiempos antiguos, un cuerpo de enseñanzas
espirituales* conocido como las Enseñanzas de la Sabiduría Eterna ha sido
transmitido de generación en generación. Un relato sistemático y detallado de
la evolución de la conciencia en el hombre y la naturaleza, describe cómo el
universo nació, cómo funciona y el sitio del hombre dentro de él.
La Sabiduría Eterna ha proporcionado la inspiración para
las artes y las ciencias a lo largos de las eras y es también el denominador
común de todas las religiones del mundo. ‘Esoterismo’, como también se la
conoce a veces, es también el arte de trabajar con esas energías que emanan
desde las más elevadas fuentes espirituales.
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A medida que la humanidad madura, aspectos adicionales de
este conocimiento anteriormente oculto, son hechos públicos de una forma más
amplia y abierta. Durante los últimos 100 años, las Enseñanzas de la Sabiduría
Eterna han sido comunicadas a través de individuos como Helena Blavatsky,
fundadora de la Sociedad Teosófica, y más tarde por Alice A. Bailey y Helena
Roerich.
Dios y el hombre
El esoterismo define a Dios como la suma total de todas
las leyes, y de todas las energías gobernadas por estas leyes que conforman
todo en el universo manifestado y sin manifestar, todo lo que vemos y no
podemos ver. Dios es también el gran Ser Cósmico que enalma este planeta.
El hombre, a su vez, es una ‘Chispa de Dios’, un ser
espiritual que se expresa a sí mismo a través de un cuerpo físico. Cada uno de
nosotros es en esencia divino pero, comparado con las grandes eminencias a
través de la historia en todas las religiones y campos de esfuerzo humano, la
mayoría de individuos reconoce y demuestra esta divinidad sólo en un grado
limitado.
Ley del Renacimiento
El proceso por el cual gradualmente manifestamos más de
esta divinidad es el renacimiento (reencarnación). Como los niños cuando
acceden al sistema escolar en preescolar, comenzamos a un nivel muy básico de
expresión humana, sin comprender nuestra verdadera herencia espiritual. A
través de las experiencias de incontables vidas en muchos países, con
diferentes educaciones culturales y religiosas, tanto en cuerpos masculinos
como femeninos, aprendemos muchas lecciones a través de éxitos y fracasos, y
avanzamos en nuestro camino evolutivo de vuelta a la Fuente. Los logros en cada
vida se portan a la siguiente.
Ley de Causa y Efecto
El ‘método’ utilizado en este sistema educativo es la Ley
de Causa y Efecto (o, en terminología oriental, ‘karma’) que la Biblia
describiría: “Lo que siembras, cosecharás”. En términos de física moderna, la
Ley de Causa y Efecto podría resumirse como: “Por cada acción existe una
reacción igual y opuesta”. Cada pensamiento y acción crea una causa que
inevitablemente conduce a ciertos efectos para mejor o peor. Con la comprensión
y trabajo dentro de esta Ley impersonal, aprendemos a escoger mejor y gradualmente
tomamos control de nuestro propio destino. Con la experimentación de todo lo
que la vida en este mundo tiene para ofrecernos, con el tiempo adquirimos una
total maestría sobre nosotros mismos y nos convertimos en seres perfeccionados,
Maestros de Sabiduría, manifestando totalmente la divinidad que reside en cada
uno de nosotros.
Jerarquía Espiritual
Los Maestros de Sabiduría, que juntos conforman la
Jerarquía Espiritual, son los custodios del Plan Divino para este planeta.
Ellos han inspirado todos los grandes logros humanos, trabajando desde detrás
de la escena a través de sus discípulos en cada campo de actividad. Los
Maestros guían y enseñan, pero es la humanidad misma, respondiendo desde su
propio libre albedrío a su estímulo, quien crea cada nueva civilización. Hoy,
los Maestros están regresando al mundo exterior como un grupo por primera vez
en incontables milenios.
Continuidad de la enseñanza
A lo largo de la historia, cuando la humanidad alcanzó un
punto de crisis culminante, la Jerarquía Espiritual ha enviado a un Instructor
para mostrar el camino a seguir. Los más conocidos de estos mensajeros divinos
son Krishna, Buddha, Confucio, Jesús y Mahoma. Cada una de sus enseñanzas
produjo el nacimiento de una nueva religión.
Prácticamente cada tradición espiritual espera ahora el
regreso de su reverenciado Instructor para validar el pasado y continuar la
enseñanza. Los cristianos esperan al Cristo; los judíos, al Mesías; los
musulmanes, al Imán Mahdi; los budistas, al Quinto Buddha; y los hindúes, al
Señor Krishna. En la tradición esotérica, un individuo, el Instructor del
Mundo, es visto como la consumación de todas estas expectativas.
El Instructor del Mundo para el tiempo actual es
Maitreya, el ‘hermano mayor’ de la familia humana y líder de la Jerarquía
Espiritual. Prefiriendo ser conocido simplemente como el Instructor, Maitreya
no ha venido a fundar una nueva religión, sino a actuar como un guía y
consejero para toda la humanidad, sin importar la afiliación religiosa.
Habiéndose perfeccionado y manifestado en su totalidad
dentro de sí mismo la Voluntad, Amor, Sabiduría e Inteligencia Divinos de Dios,
Maitreya revelará un nuevo aspecto de Dios. Él nos conducirá al reconocimiento
de nuestra propia divinidad y de nuestra verdadera identidad como almas. De
esta gran comprensión espiritual y poder creativo surgirá una nueva cualidad de
vida, armonía y alegría.
El anticristo
El anticristo no es un hombre que vendrá antes del
Cristo, y que incluso podría ser confundido por el Cristo. Esta idea proviene
de una interpretación del Apocalipsis de San Juan: la bestia, 666, es
desencadenada por un período, y luego vuelta a encadenar por un período y
medio. Este pasaje en realidad se refiere a la liberación de la energía que
denominamos anticristo. No es un hombre sino una energía, una fuerza
destructiva que es liberada deliberadamente para derribar el antiguo orden, la
antigua civilización. Fue liberada en tiempos de Juan, a través del Emperador
Nerón, para poner fin a la dispensación romana, para preparar el camino al
cristianismo. Fue liberada nuevamente en nuestro tiempo a través de Hitler, un
grupo de hombres igualmente malvados alrededor suyo en la Alemania nazi, junto
a un grupo de militaristas en Japón y otro grupo alrededor de Mussolini en
Italia. Estos tres grupos, las fuerzas del Eje en la guerra entre 1939 y 1945,
encarnaron la energía que denominamos el anticristo. Esa fuerza destructiva fue
liberada para preparar el camino para el regreso del Cristo al mundo ahora. Y
fue, realmente, en Junio de 1945, precisamente al final de la guerra, que
Maitreya anunció su intención de regresar en el momento más pronto posible, y
esta vez traer a su grupo, los Maestros de la Jerarquía Espiritual, de vuelta
al mundo, en su caso por primera vez en cerca de 95.000 años. Con la derrota de
las fuerzas del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, el trabajo de la energía
del anticristo se completó para esta era y volverá a manifestarse nuevamente en
unos 3.000 años.
* El término ‘espiritual’, normalmente asociado a alguna
forma de religión o práctica religiosa, en realidad tiene un significado más
amplio: “Toda actividad que impulsa al ser humano adelante hacia alguna forma
de desarrollo –físico, emocional, intuitivo, social– si es avanzado para su
estado actual, es esencialmente espiritual en naturaleza”. [El Maestro Tibetano
Djwhal Khul] Con esta definición, cada palabra, pensamiento o acción es
potencialmente espiritual y capaz de mejorar la condición humana.
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