(De “Un Curso de Milagros”)
Yo soy la luz del mundo.
¿Quién es la luz del mundo sino el Hijo
de Dios? Por lo tanto, esto no es más que una afirmación de la verdad acerca de
ti. Es lo opuesto a una afirmación de orgullo, de arrogancia o de autoengaño.
No describe el concepto de ti mismo que tú has forjado. No se refiere a ninguna
de las características con las que has dotado a tus ídolos. Se refiere a ti tal
como fuiste creado por Dios. Expresa simplemente la verdad.
Para el ego la idea de hoy es el epítome
de la auto-glorificación. Pero el ego no sabe lo que es la humildad y la
confunde con la auto-degradación. La humildad consiste en aceptar el papel que
te corresponde en la salvación y en no aceptar ningún otro. No es humildad
insistir que no puedes ser la luz del mundo si esa es la función que Dios Mismo
te asignó. Es sólo la arrogancia la que afirmaría que ésa no puede ser tu
función, y la arrogancia es siempre cosa del ego.
La verdadera humildad requiere que
aceptes la idea de hoy porque es la Voz de Dios la que te dice que es verdad.
Éste es uno de los primeros pasos en el proceso de aceptar tu verdadera función
en la tierra. Es un paso gigantesco que te conducirá al lugar que te
corresponde ocupar en la salvación. Es una aseveración categórica de tu derecho
a la salvación y un reconocimiento del poder que se te ha otorgado para salvar
a otros.
Debes reflexionar hoy acerca de esta
idea tan a menudo como puedas. Es la respuesta perfecta a todas las ilusiones
y, por ende, a toda tentación. La idea de hoy lleva todas las imágenes que tú
has forjado de ti mismo ante la verdad y te ayuda a seguir adelante en paz, sin
agobios y seguro de tu propósito.
Hoy se deben llevar a cabo tantas
sesiones de práctica como sea posible, aunque no es necesario que ninguna
exceda uno o dos minutos de duración. Debes empezar cada sesión de práctica
diciéndote a ti mismo:
Yo soy la luz del mundo.
Ésa es mi única función.
por eso es por lo que estoy aquí.
Ésa es mi única función.
por eso es por lo que estoy aquí.
Piensa entonces en estas afirmaciones
por unos breves momentos, preferiblemente con los ojos cerrados si las
circunstancias lo permiten. Deja que te vengan a la mente unos cuantos
pensamientos afines y, si observas que tu mente se aparta del tema central,
repite la idea de hoy para tus adentros.
Asegúrate de comenzar y finalizar el día
con una sesión de práctica. De este modo, te despertarás reconociendo la verdad
acerca de ti mismo, la reforzarás a lo largo del día y te irás a dormir
re-afirmando tu función y el único propósito que tienes aquí. Estas dos
sesiones de práctica pueden ser más largas que las demás si te resultan útiles
y deseas extenderlas.
La idea de hoy va mucho más allá de la
mezquina opinión que el ego tiene de ti y de tu propósito, como portador de la
salvación que eres, esto es obviamente necesario. Éste es el primero de una
serie de pasos gigantescos que vamos a dar durante las próximas semanas. Trata
de empezar hoy a sentar las bases para estos avances. Tú eres la luz del mundo.
Dios ha edificado Su plan para la salvación de Su Hijo sobre ti.
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“YO SOY UN
SER DE LUZ EN ESTE CUERPO Y EN MISIÓN DIVINA”
-ESPACIO DE LUZ – VOCES CÓSMICAS, Mensajes del cielo
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