COMPRENDE
PORQUE LOS “SECRETOS FAMILIARES” PRODUCEN ENFERMEDADES
Alejandro Jodorowsky dice que un árbol sano es aquel que
produce frutos dulces y nutritivos, aunque en su apariencia externa sea un
árbol “torcido”. En cambio un árbol majestuoso que produce frutos “tóxicos” es
un árbol enfermo.
Sanar es traicionar la intención primitiva de nuestro árbol
genealógico, decir no, romper el contrato de mantenimiento neurótico del árbol.
En palabras de Alejandro Jodorowsky Jodorowsky: “La sanación del árbol
consiste en quitar la repetición, comprenderla, o repetirla en una forma
positiva”
¿Qué es la familia?
La familia es lo permanente,estaba antes de que llegáramos,
le pertenecemos mientras vivamos y seguirá existiendo después de nosotros. Es
una generación de vivos, que caminan como mínimo con dos generaciones de
muertos a la espalda hasta la línea de meta, donde le toca subirse a la espalda
de la siguiente generación de vivos.
¿Yo soy mi familia?
Recordemos que desde la perspectiva de la metagenealogía
cada uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que lo preceden,
lo que hace un mínimo de catorce personas. Desde esta perspectiva, consideramos
que los secretos guardados en una generación son un manantial insano de traumas
y conflictos para los que lleguen detrás.
¿Hay alguna relación entre la enfermedad y los secretos
familiares?
La relación entre enfermedad y secretos familiares se hace
bastante evidente en el estudio de los árboles genealógicos. La familia es como
una olla psicológica llena de secretos, tabúes, silencios, vergüenzas. Hay
asesinatos, locura, robos, infidelidades, cárcel, incesto, abusos… Así, la
enfermedad no es la solución del problema, sino una invitación a enfrentar un
conflicto familiar que se ha mantenido secreto. Como escribió Françoise Dolto:
“Lo que es callado en la primera generación, la segunda lo lleva en el cuerpo.”
¿Qué cosas, a nivel psicogenealógico, vamos cargando en
el cuerpo?
En el lado derecho… está la herencia paternaLado
izquierdo…herencia maternaEl vientre…la madre Problemas de espalda…cargas a los
padresPadres divorciados, o separados…puntas de los pies se separanMiedo a la
sexualidad…pelvis movida hacia atrásNo te han amado…pecho endurecido e
insensible
¿Si no uso palabras para expresar mi dolor, lo expresaré
con mi cuerpo?
Anne Ancelin Schützenberger lo ha estudiado a fondo: “Los
duelos no hechos, las lágrimas no derramadas, los secretos de familia, las
identificaciones inconscientes y lealtades familiares invisibles” pasean
sobre los hijos y los descendientes. “Lo que no se expresa con
palabras se expresa con dolores”. O por accidentes, como el caso de una
biznieta que pierde su virginidad por accidente a los siete años (jugando al
salto de pértiga) y estudiando su árbol, descubre que su bisabuela fue fruto de
una violación, concebida en la misma fecha que ocurrió el episodio.
¿Cómo se pueden observar los secretos en el árbol
genealógico?
Cuando el árbol quiere desvelarte un secreto, crea una
estructura, algo que se repite, con eso pretende llamar tu atención. Por
ejemplo una fecha que se repite, un estilo de elección de la pareja, unos
accidentes con ingredientes similares. Estos secretos se guardan por vergüenza,
por pudor, por proteger a los niños o autoprotegerse ante la sociedad.
¿Dónde se sitúan esos secretos?
Cada secreto que tenemos está en el estrato que le
corresponde (los cuatro egos):
–Mis ideas locas secretas, podemos identificarlas en el
nivel de mis bisabuelos-Mis emociones secretas, están en mis abuelos– Mis
secretos sexuales-creativos, están en mis padres-Mis secretos materiales, de
territorio, están en mis hermanos
Cuando el secreto lo porta un miembro de la familia, éste lo
vive como un cuerpo extraño y molesto, su cuerpo lo vive como un tumor o un
bolo alimenticio que tiene que salir a fuera. Nunca debemos contar secretos a
los niños, es un Abuso con mayúsculas.
Sabemos además el poder de la comunicación no verbal, si
alguien delante de ti se calla una información importante, se delatará tarde o
temprano con algún gesto inconsciente. Freud decía que “Aquel cuyos labios
callan, conversa con la punta de los dedos. Se traiciona por todos los poros”.
Claudine Vegh decía: “Vale más saber una verdad,
aún cuando sea difícil, vergonzosa o trágica, que ocultarla, porque aquello que
se calla, es subordinado o adivinado por los otros y ese secreto, se convierte
en un traumatismo más grave a largo plazo”.
Los secretos hay que airearlos si son del presente, de la
manera más adecuada y en el momento más propicio, o sanarlos con la psicomagia
si son del pasado. Una herramienta útil es dibujar el árbol sanado: se trata de
hacer una obra en la que representemos a todos los miembros, con dibujos o
fotografías pegadas a modo de collage. A cada uno le pondremos su finalidad
cumplida, todo aquello que les damos nos lo damos a nosotros mismos, y ahí
aparecerán todos los secretos convertidos en bendiciones.
El árbol guarda secretos, al tiempo que puede intentar
desvelarlos. En todo árbol aparece en un momento determinado un héroe, el que
lo sana y se sana, aquel que se atreve a construir el árbol genealógico. No
existen los árboles sanos porque vivimos en una sociedad enferma.
“La sanación del árbol consiste en quitar la repetición,
comprenderla, o repetirla en una forma positiva”
Por Alejandro Jodorowsky
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