RETORNANDO AL CORREDOR.
MENSAJE PARA
QUIENES ABREN EL PORTAL DE GAIA
Marzo, 2015
Nosotros apreciamos todo lo que habéis sufrido y
todo el esfuerzo que hacéis vosotros, nuestros voluntarios para vestir un
vehículo terrenal. Además apreciamos todo lo que habéis compartido con la
Humanidad y con Gaia. El poder de vuestro Amor Incondicional, de vuestro poder
multidimensional y de vuestra infinita sabiduría, han sido un regalo
inconmensurable para la Ascensión Planetaria.
Sabemos que cuando despiertas lo suficiente para
darte cuenta de que la Ascensión es una posibilidad, recuerdas que ya estás
ascendido en la miríada de expresiones de tu Yo Multidimensional.
Consecuentemente, tus dones se hacen aún más puros e incondicionales, cuando te
das cuenta que no hay ‘recompensa’ por tus labores.
Queridos emisarios de Luz, en vuestro ahora estáis
llegando a la culminación de la etapa de vuestro proceso de Ascensión que
frecuentemente es llamada “la noche más oscura antes del amanecer”.
Como siempre, vosotros sois los que abrís el Portal
y vais antes que el resto. Cuando uno es de quienes abren el Portal, es de los
primeros en entrar. Cuando eres el primero en entrar en lo que se ha acabado de
abrir, encuentras la resistencia de lo que llamamos “la colisión entre realidades“.
Realmente estáis abandonando la realidad de 3ª
Dimensión. Así que debéis encontrar vuestro camino a través del plano inferior
de la 4ª Dimensión, el Plano Astral Inferior. En este plano inferior permanecen
todos los efluvios de la oscuridad que ha reinado en Gaia durante más “tiempo” del que quisierais saber.
En el Plano Astral Inferior te encuentras con todo lo que no has completado
aún.
Esta fase final de vuestra Ascensión de regreso a
vuestro Yo Multidimensional es la que todos los Altos Egipcios tenían que
completar antes de convertirse en Hierofantes. Entre todas las culturas de la
Tierra hay similitudes, pero esta información se abría solamente para los Altos
Iniciados. Amados voluntarios para la Ascensión de la Tierra, ahora sois Altos
Iniciados.
Estáis a punto de retornar a vuestro YO, pero antes debéis proceder, lo más conscientemente que podáis, a encarar y conquistar TODA vuestra propia oscuridad. RaHoTep contará la historia de su Iniciación Final.
Estáis a punto de retornar a vuestro YO, pero antes debéis proceder, lo más conscientemente que podáis, a encarar y conquistar TODA vuestra propia oscuridad. RaHoTep contará la historia de su Iniciación Final.
Yo había aprendido que la Cámara de Iniciación
Final estaba en alguna parte profunda bajo la superficie del desierto,
exactamente bajo el ápice de la Gran Pirámide. Finalmente llegamos a lo que
parecía un callejón sin salida. Delante de nosotros había un muro de
piedra. Los Sacerdotes no parecieron
desanimarse por este giro de los eventos y formaron un semicírculo frente al
muro. Mientras Yo permanecía a un lado esperando lo que ocurriera enseguida,
cada uno de los sacerdotes comenzó a cantar un tono, del cual pensé que
seguramente surgía del núcleo de su Alma.
Al comienzo su entonación parecía al azar. Pero gradualmente, comenzó a poderse
discernir un patrón hasta que hubo un crescendo de bellos tonos armoniosos.
Mientras el canto se extinguía en la oscuridad que nos rodeaba, fue reemplazado
con un estruendo sordo. Gradualmente, el muro comenzó a moverse hacia la
derecha. Tras esta simple barrera pétrea había un par de magníficas puertas
doradas ornamentadas y grabadas.
Mientras las puertas se revelaban lentamente, Yo
sabía que había visto estas puertas antes en mis meditaciones. Uno de los Sacerdotes
se aproximó a las puertas doradas y puso una mano en cada puerta. Las puertas
estaban tan bien balanceadas que con el más ligero empuje giraban para abrirse
hacia un gran salón. Los Sacerdotes me hicieron señal de que entrara. Las
puertas se cerraron rápidamente tras de mí. Otra vez oí el estruendo sordo de
la pared ocultando cualquier traza de la Sagrada Cámara de Iniciación.
La brillantez del
salón me cegó. Nunca había
experimentado semejante iluminación estando en forma física. Lentamente, lentamente,
mis ojos se acostumbraron a la Luz y comencé a examinar el salón. Este salón no
era de mi Egipto.
Había domos y pilares con incrustaciones de
lapislázuli, esmeraldas, rubíes, diamantes, amatistas; y joyas que Yo no pude
identificar. Colores que Yo nunca había visto estaban pintados sobre los muchos
grabados, estatuas y figurines que parecían moverse como si estuvieran vivos.
De alguna manera supe que todo en el salón era muy antiguo y tenía una fuerza
vital mayor que cualquier cosa que Yo hubiera conocido. Ésta era una
arquitectura que Yo solamente había visto en mis viajes internos a Atlántida.
El gran domo central albergaba una pirámide más
pequeña que era más una vibración de Luz que una estructura física. Anubis y
Toth, los antiguos Dioses Egipcios de la Iniciación, estaban dentro de la
Pirámide, a cada lado de un gran sarcófago. El sarcófago estaba montado sobre
una plataforma de oro puro con escalones de plata que subían por el lado
derecho. El sarcófago estaba hecho de una sustancia que Yo no había visto
antes. Instintivamente supe que esta sustancia no era de este Planeta y había sido dada a la Tierra hacía milenios,
por sus primeros habitantes.
El sarcófago estaba tallado ornamentalmente con el
mismo estilo no-Egipcio de las paredes que me rodeaban. Sentí que aunque el
sarcófago era opaco, podría volverse translúcido si la mente del observador
hiciera las alteraciones apropiadas. Anubis me hizo un gesto para que entrara
en el sarcófago; y Toth asintió. Esta vez tampoco hubo comunicación verbal. El
viaje desde la puerta hasta las escaleras de plata, fue el más largo de mi
vida. Mientras subía los pocos escalones, me di cuenta de que si vivía para
volver a bajar por ellos, sin duda no sería la misma persona que antes.
Me tendí dentro del sarcófago. La sustancia era
dura como la piedra; y sin embargo suave y cálida como la piel. Sentí como si
estuviera volviendo a entrar al útero. Las rígidas paredes planas parecían
moldearse lentamente alrededor de mi forma mientras me acomodaba en el
sarcófago. Pensé que no podría moverme aunque hubiese elegido hacerlo. Luego
Toth inclinó la cabeza sobre el borde del sarcófago y me hizo 3 preguntas en un
lenguaje desconocido. Yo no sabía cuáles eran las preguntas, pero
intuitivamente supe que sin duda eran preguntas; y que mi supervivencia
dependía de mis respuestas. Envié un llamado a
mi Guía Interno, Radula, mientras veía que la tapa del sarcófago me
encerraba lentamente en mi tumba. Silenciosamente, la tapa se afirmó para
significar mi transición. Yo estaba solo.
Si permanecía demasiado tiempo en la tumba,
moriría. Dentro había poco oxígeno, así que si Yo iba a mantener vivo mi Yo
físico, tendría que llevar mi consciencia hasta las dimensiones superiores de
tal manera que pudiera alimentarlo con el Espíritu. Yo sabía que Yo no podría
abandonar mi cuerpo a través demi Tercer Ojo como lo había hecho
muchas veces antes. Busqué en mi interior un Portal para usarlo para liberar mi
Espíritu del confinamiento de su forma física. Comencé a sentir que dentro de
mí surgía un profundo temor, pero lo obligué a desaparecer. ¡No me podía
permitir experimentar una emoción que hiciera descender mi consciencia!
“¿Dónde está el Portal hacia tu YO
Superior?”
Ahora había entendido la primera pregunta. Recordé
el canto de los Sacerdotes fuera de la puerta de piedra. Yo no podía usar mi
voz, pues había muy poco oxígeno como para desperdiciarlo, pero sentí la
vibración del canto tal como con los tres Sacerdotes. Puesto que mi consciencia
no estaba limitada a una voz Humana, Yo podía cantar las 3 partes a la vez. La
melodía y la frecuencia calmaron mi temor y elevaron más mi consciencia.
Me encontré concentrándome en un Portal dentro de
mi cabeza, en el núcleo mismo de mi cerebro.Mientras
continué entonando, algo sólido, como una puerta de piedra, comenzó a abrirse;
y tras ella estaban las mismísimas puertas doradas que había visto al entrar en
este salón. Estas puertas se abrieron hacia adentro. Otra vez pase a través de
ellas y las sentí cerrarse rápidamente tras de mí. Al comienzo no vi nada más
que Luz Dorada, la cual abrazaba a cada célula y a cada átomo de mi forma y de
mi consciencia.
Luego, lentamente, a la distancia, vi que se
comenzaba a formar un vórtice. Comenzó a remolinear, lentamente al principio; y
luego cada vez más rápido. Era dorado, plateado, azul, violeta; y con los otros
colores que antes había visto en el salón, fuera del sarcófago. Sentí una
atracción a entrar en el vórtice; y con mi decisión para hacerlo así,
repentinamente estaba precisamente ante mí.
Caí hacia su núcleo y me encontré girando cada vez más rápido a través del espacio intemporal. Al comienzo Yo estaba mareado, pero luego el giro se hizo tan intenso, que me sentí totalmente quieto, pero al mismo tiempo, sentí como si cada célula y átomo hubiera acelerado su vibración en respuesta al giro. Luego, con un pequeño estallido, mi giro se detuvo y me encontré en medio de un gran vacío. Me había vuelto Penta-Dimensional y todo estaba en calma.
Caí hacia su núcleo y me encontré girando cada vez más rápido a través del espacio intemporal. Al comienzo Yo estaba mareado, pero luego el giro se hizo tan intenso, que me sentí totalmente quieto, pero al mismo tiempo, sentí como si cada célula y átomo hubiera acelerado su vibración en respuesta al giro. Luego, con un pequeño estallido, mi giro se detuvo y me encontré en medio de un gran vacío. Me había vuelto Penta-Dimensional y todo estaba en calma.
“¿Dónde
está la Ciudad Cristalina?”
Con la 2ª pregunta, había ante mí una Luz Dorada,
que se convirtió en una forma dorada: Mi Complemento Divino. Llegó en la forma
de una mujer, puesto que Yo encarnaba a un hombre. Nos abrazamos en unión y
Amor profundos. Ella me miró a los ojos y susurró: ‘Ahora te llevaré al Hogar’.
Luego estábamos en Venus. Se desplegaba ante
nosotros con toda la belleza y armonía que Yo recordaba desde lo profundo de mi
Alma en todas mis vidas. Mi corazón se abrió con una ráfaga de Luz y Amor que
hubiera hecho explotar mi cuerpo terrenal si Yo hubiera estado en mi
consciencia tridimensional. Veía las nieblas de Venus a todo mi alrededor. Veía
la flora y la fauna de mi amado
Hogar mientras flotaban alrededor de mí en amorosa
bienvenida. Con cada uno de sus movimientos y armoniosos colores y sonidos,
hacían eco de sus movimientos.
Una fiesta de bienvenida formaba un pasaje que nos condujo a la entrada principal de la Ciudad Cristalina. Mi Complemento Divino se deslizó hacia mi forma mientras nos convertíamos otra vez en
Una fiesta de bienvenida formaba un pasaje que nos condujo a la entrada principal de la Ciudad Cristalina. Mi Complemento Divino se deslizó hacia mi forma mientras nos convertíamos otra vez en
Uno para nuestra llegada al Hogar. Translúcidas
puertas de cristal se abrían ampliamente cuando nos aproximábamos a ellas; y
una huella dorada iluminó nuestro camino hacia el corazón de la ciudad. El
Templo Dorado de la Sabiduría estaba brillando con refulgente esplendor al
final de la senda, en la cúspide de una colina. Las puertas estaban abiertas
esperando nuestra entrada. Aún cuando podríamos haber estado en nuestro destino
instantáneamente, disfrutábamos el viaje y la comunión con otros, así que
elegimos viajar con los mismos movimientos natatorios/voladores de quienes nos
rodeaban.
Eventualmente, nos encontramos parados frente al
poderoso Sanat Kumara, el Logos Planetario de
la Tierra y Regente de Venus. Rami Nuri y Djwhal Khul, como sus
consejeros, estaban a cada lado de él. Los Complementos Divinos de ellos tres
fluyeron a su interior. Eran andróginos. ¡Estaban completos!
Me incliné ante ellos y Sanat Kumara me entregó una
joya. La joya no era como nada que hubiera visto antes. Era más una vibración
que una sustancia, pero tenía belleza y forma. Tomé la joya con gratitud y la
sostuve dentro de mi corazón.
Mi Complemento y Yo pasamos lo que parecía una vida
en Venus. Vivimos y amamos y morimos. Y luego comencé a sentir una atracción.
Yo sabía que la atracción era mi destino. Era la Tierra. Me estaba llamando a
retornar a mi vida tridimensional para que pudiera cumplir allí mi destino. Yo
tenía que retornar para que el cuerpo viviera. La tristeza de esa realización
sacudió mi Alma misma, pero recordé mi cometido. Yo había dicho que
permanecería en la Tierra. Consecuentemente tenía que retornar, antes de que
fuera demasiado tarde para salvar la vida de mi forma terrenal.
La repentina densidad del sarcófago fue un gran impacto. ¿Cómo pude retornar tan rápidamente sin siquiera un adiós? Y entonces mi corazón sintió el Amor de mi Hogar y de mi Complemento Divino. Sí, no hubo adiós, porque Yo la tendría en mi consciencia, pero: ¿Y del sarcófago? Había aún menos oxígeno; y ahora Yo era totalmente físico.
La repentina densidad del sarcófago fue un gran impacto. ¿Cómo pude retornar tan rápidamente sin siquiera un adiós? Y entonces mi corazón sintió el Amor de mi Hogar y de mi Complemento Divino. Sí, no hubo adiós, porque Yo la tendría en mi consciencia, pero: ¿Y del sarcófago? Había aún menos oxígeno; y ahora Yo era totalmente físico.
“¿Cómo
abres el sarcófago?”
La tercera pregunta fue traducida en mi corazón.
Sí, en mi corazón estaba la respuesta: La joya, la vibración de la joya
elevaría la tapa. Y luego, mientras Yo enfocaba mi atención en la joya dentro
de mi corazón, oí mi primer sonido físico puesto que las tres preguntas me habían
sido hechas hacía una vida. El sonido era el de la tapa del sarcófago
elevándose lentamente. Sentí el oxígeno apresurándose a rescatarme. Como un
niño recién nacido, tomé mi primer aliento y me senté.
“¡Eres
libre!” Oí
decir a Toth en Egipcio, mi lengua nativa.
Queridos Iniciados:
Os agradezco por haber escuchado mi historia. Para
concluír, os exhorto a recordar que nuestro mayor enemigo es el temor que hemos
ocultado profundamente en el interior. Si ese temor puede ser sacado a nuestra
consciencia, puede ser liberado con Amor. Por favor, aceptad ahora la mayor
lección de mi vida: ¡El Amor es más fuerte que el temor; y el Espíritu está
vivo en toda la materia!
AHORA Yo os dejo con los Arturianos, quienes nos guían a todos hacia la Luz.
RaHoTep.
AHORA Yo os dejo con los Arturianos, quienes nos guían a todos hacia la Luz.
RaHoTep.
Queridos Abridores de Portales:
Nosotros los Arturianos os agradecemos por retornar
a nuestro Corredor. Os habéis ofrecido como voluntarios para retornar a Gaia,
no para vuestra Ascensión personal, sino para ayudar a Gaia en su Ascensión
Planetaria. Consecuentemente, pasaréis por vuestras iniciaciones personales
dentro de los “sarcófagos” de vuestra propia hechura. Amados Abridores de
Portales: Vosotros habéis completado vuestras experiencias en la matriz
tridimensional; y habéis retornado a una forma para ayudar a la querida Gaia
con sus experiencias.
Gaia anhela expandirse hacia sus expresiones
superiores, de la misma manera que Ella ha
ayudado a los Humanos Ascendidos en Su larga historia
planetaria. Muchos de quienes habéis podido ascender más allá de la ilusión y
retornar a vuestras expresiones superiores del Yo, habéis vuelto para ayudar al
Planeta en el cual retornasteis al Cuerpo de Luz.
Así como RaHoTep tuvo que encarar muchos desafíos antes de que
pudiera comenzar su proceso de Iniciación y su Ascención finales, Gaia está
encarando muchos desafíos antes de Su proceso de iniciación. Gaia os ha
provisto un hogar físico durante una miríada de encarnaciones. Es tiempo de que
todos los que tenéis una forma en este AHORA, penséis primero en el Planeta que
habéis usado y del que habéis abusado; y luego consideréis vuestro retorno
personal al YO.
Os recordamos, Queridos y valientes voluntarios,
que VOSOTROS sois magníficos Seres multidimensionales. No vinisteis a la Tierra
en esta encarnación para vuestro provecho personal, sino para rescatar a la
Madre Planetaria que os proveyó un hogar durante una miríada de encarnaciones.
Por favor, recordad vuestro contrato anterior al nacimiento y actuad según él
AHORA.
Gaia te necesita. ¿Qué estás HACIENDO para ayudarle?
Gaia te necesita. ¿Qué estás HACIENDO para ayudarle?
Tradujo: Jairo
Rodríguez R.
Consultoría Energética y Espiritual
Canalizados por
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