¡Caminemos! La Luz no te desconoce, ella palpa cada acierto tuyo, como cada error taladrando tus pasos. No te detengas ¡Insignes son llamados aquellos Hombres y Mujeres del presente quienes gallardamente se visten de arrojo sosteniendo su ordalía en pos de lo Superior!
¡No desfallezcas! ¡Fuentes y oasis existen en cada recodo de los caminos! ¡Sólo es posible beber de sus aguas cuando son aquietados los fuegos abrasadores de la ceguera, la ignorancia y la ignominia!
Claudican aquellos quienes no han vibrado con el tremor del Cristo, arrobando el Corazón y la Conciencia, porque una sola vez en su unión ¡Todo lo demás se apacigua y eleva!
Hacia esa búsqueda la alianza se perfila en grandes conquistas por parte de los más acertados en cuanto a acometer las disciplinas necesarias y los cambios urgentes señalados por el recorrido dinámico de los actuales tiempos.
Todos merecen, mas no todos están dispuestos ¡A OTORGAR A LA VIDA, OBEDIENCIA Y RECTITUD!
¡La ley del sacrificio compensa!
¡La cómoda y egoísta visión entorpece!
¡La iniquidad más absoluta se esconde, sin embargo, en la inacción!
Muchos resuelven diciéndote: ¡No es mi problema!
¡Y cierran la visión del Cristo quien siempre impele a la acción generosa!
¡Otros dirán: “Es su karma” por lo tanto no me es dado intervenir!
¿Quiénes han enseñado a ignorar al sufriente?
¿Quiénes han desdeñado la hora oportuna para resaltar lo Divino en la forma?
¿Quiénes han decidido proclamarse sabios, carcomidos por su indiferente ceguera?
¡No por cierto los Aliados a la Luz, quienes jamás desconocen ni ignoran al necesitado!
¡Con celo y fruición derraman la copa del verbo y se hacen escuchar en medio del caos!
Orden y cuidado, atención y acción, respeto y comprensión.
He aquí algunas herramientas para laborar en conjunto con la Gran Obra.
Es pertinente contemplar los aciertos, no para vanagloria de lo efímero, sino para continuar entregando a “manos llenas” el bien común.
No se saborea el fruto para arrojarlo después, sino se advierte cuan perfecto es su diseño y cuan beneficiosos son sus nutrientes. Así concédase abundante atención a las obras, ellas son las sostenedoras del andamiaje que sustenta todo lo Creado.
La comprensión se derrama generosa cuando se accede a sensibilizar la mirada y el corazón.
¡No es vano decir que la rudeza alberga sentimientos y pensamientos agresivos!
Tú que ya conoces ¡Concédele al mundo la mejor de tus sonrisas!
Permítete atraer el bullicio alegre de los ángeles y su compañía, en vez de soslayarte con pesados recuerdos de un “trágico pasado”.
¡Porque es verdad que por cada acierto que des en el camino, una luminaria se enciende en la Patria Celeste y puedes contar con el respaldo de los Guardianes del Plan para asistirte en tu Labor!
En Unión a aquellos Exaltados Visionarios ¡Yo te señalo!
El Morya
Ciudad virtual de la gran Hermandad Blanca
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