Confiad, hermanos, confiad.
Los días en que la luz se os muestre esquiva vendrán, pero desaparecerán del mismo modo en que vinieron. No hay nada que temer. Todo lo que está sucediendo estaba escrito. La sanación del planeta es necesaria, pero no hay nada que temer.
Las huestes celestiales os acompañan. El universo entero está a vuestro lado. No debéis dudar. Dudar os empequeñece. Dudar mata la semilla plantada en vuestros corazones. Confiad, hermanos, confiad.
Hay un gran mensaje divino que os será enviado durante estos días en que todo parece abocarse irremediablemente al fracaso: NO ESTÁIS SOLOS. ESTÁIS SIENDO AYUDADOS. Y, aunque os parezca que el horror va a apoderarse del mundo, no será así. El futuro del planeta Tierra es un futuro brillante.
No os desconectéis de vuestros corazones. No os desconectéis de la esencia. Permaneced unidos en ella. Irradiad eso que verdaderamente sois y acallad las voces de vuestro ego. El ego mata la cordura. La cordura se siembra y se alimenta en un campo plagado de paz y de armonía. Convertíos en ese campo. Sed el alimento de vuestra propia cordura.
No hay nada que temer. Instalad esta frase en vuestros corazones. Irradiadla a vuestras propias mentes cuando os sintáis decaer. No hay nada que temer.
La oscuridad intentará atraparos entre sus fauces para que engroséis sus filas, para desuniros, pero vosotros debéis instalaros en la cordura. Mantened el centro de vuestro eje en la ausencia de temor. El miedo os debilita y os conduce de la mano hacia vuestra propia cárcel.
Repetíos incansablemente: No hay nada que temer. No estoy solo. Todo está bien.
Estáis siendo ayudados de manera constante, aunque a veces os parezca que os hemos abandonado. No es así. La ayuda es permanente.
Cierto es que desde los planos en que la densidad opera se os lanzan intentos que pretenden mermar vuestra confianza. Vosotros los vivís en forma de ataques, de agresiones, de desesperanza.
La clave de vuestro poder se encuentra en la confianza. Debéis armaros en ella. Revestíos de ella, nutríos de ella. Colocad alrededor de vuestros corazones una armadura de confianza. Nada malo os sucederá mientras llevéis esta protección con vosotros. Nada denso se apoderará de vuestras mentes ni aniquilará vuestro impulso natural, que es el Amor más puro.
Sed la confianza personificada. Transmitidla al mundo. Una y otra vez repetíos sin cesar: no hay nada que temer. Y repetídselo a todos los seres con los que entréis en contacto. Neutralizad con ello la onda expansiva que emiten aquellos que desean implantar el miedo y la desesperanza en vuestros corazones. Neutralizadla. No los ataquéis ni los desprestigiéis ni alimentéis contra ellos ningún tipo de rencor.
Simplemente irradiad amor y confianza. Es el escudo más potente. Es el vehículo de sanación más efectivo.
Te neutralizo y te amo. Te neutralizo y te amo. Ésa debe ser vuestra consigna en cada una de las situaciones cotidianas de vuestra vida en que os encontréis con un ataque, una afrenta o una agresión. TE NEUTRALIZO Y TE AMO.
Manteneos en vuestro centro, irradiad amor. No entréis en el discurso mental. No cedáis el mando a quien no le pertenece. Sois seres de amor puro. Mostradlo. Permitid que sea el Amor el que hable a través de vosotros y no la desconfianza o el miedo. Permitid que sea la Luz la que os traspase y llegue a los demás.
Aprovechad vuestras posiciones aventajadas en el Conocimiento para abrir el camino de los que vienen detrás. Entre todos lograréis el objetivo, pero es necesario que no os desconectéis de todo lo aprendido, que no desperdiciéis las enseñanzas adquiridas. Llevad el Conocimiento a cada pequeño acto de vuestras vidas.
Instalaos en el Amor, nutríos de él, dádselo a los demás. Compartidlo con la Madre Tierra. Respetaos a vosotros mismos y respetad al planeta que os da cobijo. Sed faros de luz que transmiten su esencia allá por donde pisan.
No hay nada que temer. Ésa será vuestra consigna.
Con Amor infinito.
Maestro El Morya.
Canalizado por Alicia Sánchez Montalbán, el 9 del 11 del 2009
alicia@agartam.com
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