LA RENDICIÓN DEL GUERRERO (DE LA LUZ)
Por: Jordi
Morella
Durante años el guerrero tuvo que enfrentarse a situaciones que le
impedían el paso hacia su hogar. Oscuridad, dudas, desconciertos, indefensión,
ignorancia y miedos fueron las adversidades más temibles de su cabalgadura.
Todo fue en tiempos de la dualidad, antes del despertar, e incluso, parte de
sus batallas se incluían en los primeros pasos de su liberación.
Se ha hablado del Guerrero de la Luz, pero la manifestación de este
término conllevaba contradicciones y obstáculos para el camino de todo aquel
ser dispuesto a llegar a él mismo. Uno sentía reforzada su actitud al pensar
que era un Guerrero de la Luz, un verdadero guerrero.
A veces, cuando entramos a una nueva era, o cruzamos una puerta que
hasta ahora desconocíamos, el ser humano es capaz de inventar términos que
empujen a la valentía de salir airoso de su situación de vida.
Las nuevas energías fueron llegando a nuestro amado planeta, a través
del Sol, del Centro de nuestra Galaxia y de allende donde la paz del Hogar es
presente.
Muchos se identificaron con ser un Guerrero de la Luz. Ha llegado la
hora del fin de este Guerrero que ha llevado a muchos a una identificación nada
amorosa según sus términos literales.
Vivimos tiempos donde cada uno, ahora puede llegar a manifestar su
Voluntad y recoger los frutos de una actitud de integridad y de una apertura de
corazón como base de su nuevo camino hacia la divinidad manifestada.
Amado guerrero, ¡ríndete! ¡Quítate tú coraza y entrega tus armas, todas
tus armas, porque han quedado obsoletas en los nuevos tiempos! Abandona las
armas con las que has estado acompañando tus pasos hacia la vida deseada.
Libérate de todo este peso y engaño a lo largo de los años. Te enseñaron a
luchar. Bien aprendiste, y luego te pusiste en guardia para hacer frente a los
posibles peligros, monstruos y adversidades que la vida te ofrecía, pero ellos,
no te rodeaban con tus mismas armas. No podías con ellos, porque ellos conocían
las debilidades de tu mente y la identificación con los elementos que no te
pertenecían por naturaleza.
Ha llegado la hora de rendir nuestras armas y nuestras almas. ¡Libérate
para conectar con lo que tu alma y el universo tiene previsto para ti y poder
cumplir con el sentido por el cual naciste.
No hay peligros, hay miradas al espejo de tus contradicciones.
No hay enemigos, sólo las resistencias de tu ser como humano.
Ilusiones son las adversidades aceptadas en tu vida, debido a la
ignorancia de aquel quien hay en ti.
Un guerrero siempre está atento a algo externo que pueda alterar tu vida
y perjudicarla. ¡Esto sí que son ilusiones emanadas del raciocinio!
Abandona las armas para llegar a ti. Deja de luchar y de ver la vida
para saber del verdadero ser que hay en ti. No necesitas luchar, hermana alma,
para salir airosa en tu camino. El peligro no se encuentra en el sendero
adentrado por tu caminar, sino en el interior de aquel que osa dirigirse hacia
su divinidad.
No hay pasado, solo presente.
No hay futuro expectante, solo ilusiones para salir del pasado en el
presente.
Estar atrapados en una situación actual, no es motivo para llamar a un
guerrero para que luche y batalle con…….contigo mismo. Pensar que uno es o ha
podido ser un Guerrero de la Luz, es infravalorarse y ceder el control de tu
vida a algo creado desde el miedo y el raciocinio. ¿Luchar? ¿Para qué?
Ha llegado la hora de la no-lucha. Basta de batallas y enfrentamientos
constantes con algo que crees como real.
Amado guerrero, muéstrame tal como eres, y libérate de toda esta
parafernalia que has creído que te protegía para luchar contra tus falsas
ilusiones. Creíste que esforzándote mucho y padeciendo llegarías a conseguir
tus sueños. Creíste que luchando constantemente la vida se reblandecería y al
final accedería concederte lo que tu corazón te hacía sentir para tu vida.
Creyéndote guerrero perdías tu fuerza, porque te estabas protegiendo
contra algo que no existía, sólo en tu mente. Esto se materializaba en tu
exterior y creías que era real, pero nada de esto era cierto, sólo tus dudas y
miedos adquiridos a lo largo de tus encarnaciones.
Amada alma, ha llegado la hora de despojarte de todo lo que has ido
adquiriendo como protección debido a los miedos no liberados.
Aquello que quieres, se encuentra en la actitud de Rendición ante la
Vida.
Aquello que deseas, brota de una consciencia despierta, y recordando tú
esencia prístina.
Tus sueños más anhelados proceden de la entrega total de tu ser, de tu
alma a las manos de tu divinidad, porque tú eres Dios. Cuanto más te despojes
de aquel quien no eres, más elevarás tu ser y empezarás a sentir la divinidad
que hay en ti. Cuando empezamos a sentirla, es cuando nos damos cuenta que no
estamos en peligro y amenazados por causas externas en nuestra vida, porque la
Luz que hay en ti, alejará toda vibración que no se corresponda a la tuya y sea
de mayor densidad.
Siendo tú, irradiarás tu Luz y ésta te hará sentir el Amor que eres.
Un guerrero no es de la Luz. Un ser rendido a su divinidad, si que
muestra su verdadera Luz.
Hemos llegado a los tiempos donde no debemos de protegernos de nada,
porque es debilidad y nos ponernos a las manos de nuestro exterior. De nada
hemos de protegernos, porque la Integridad y el Despertar ya nos alejarán todo
aquello que no resuene con nuestro corazón.
Por lo tanto, amadas almas de este planeta, que está viviendo la última
fase de su existencia, ¡abrid vuestro corazón y sentid la Luz y el Amor que
sois! ¡Recordad vuestra procedencia, porque no es terrenal! No sois humanos,
sino divinidades encarnadas. ¡Recordad! ¡Recordad hasta poder sentir la
verdadera esencia en vosotros y ver materializado el sentido de vuestro estar
aquí con nosotros!
La Luz os protegerá.
El Amor que sois os protegerá.
Sois Dios encarnado y, siendo conscientes de vuestro verdadero ser, os
daréis cuenta que de nada tendréis que protegeros, porque no hay nada de qué
protegeros, solo vuestras propias actuaciones basadas en la ignorancia del
camino a seguir.
El ser de la Nueva Humanidad, ya no lucha ni batalla contra sí mismo,
sino que siente, acepta y se ama como divinidad que es.
Ser un guerrero es infravalorarse y perder empoderamiento.
Ser uno mismo, eleva su alma y realiza su misión en esta vida, sintiendo
la alegría, el bienestar, la armonía y el amor en su día a día, en su servicio
al Gran Plan Divino por el cual accedió presentarse como voluntario en este
amado planeta.
No hay enemigos, solo miedos.
No hay adversidades, solo oportunidades.
No hay obstáculos, sino bendiciones que la vida nos ofrece.
Es la hora de tu presencia, conjuntamente con todas las nuestras.
Es el momento de unirnos para elevar el sentido por el cual vinimos.
Tú eres el coraje, la fuerza, la Luz y el Amor en tu Vida.
¡Recuerda hermana alma! Cada vez son más los que empiezan a recordar, y
con el recuerdo, desaparecen los miedos y las protecciones.
Es el tiempo de la no-protección, del no-ritual.
Es el tiempo de mostrar tu Luz y tu Ser.
“¡Dejad las armas!
Ahora será vuestra Voluntad quien abrirá paso en el camino hacia vuestro
ser.
Lanzad todo utensilio de defensa y ataque, porque ahora será el amor en
vosotros quien manifestará la Voluntad de vuestro ser.”
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros e iluminen vuestro camino.
Autor: Jordi Morella
La Rendición del Guerrero (de la Luz) por Jordi
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