Maestro Beinsá
Dunó
LOS FRUTOS
DEL ESPÍRITU
Conferencia
del Maestro Beinsá Dunó, dada el 3 de Febrero de 1924.
Y el fruto
del Espíritu es amor, alegría, paz, longanimidad, benignidad, misericordia, fe,
mansedumbre, templanza. (Gálatas 5:22,23).
Cada forma
adquiere su valor por su contenido y cada contenido adquiere su valor por su
sentido. Tenéis una cima montañosa, tenéis alguna fuente montañosa o un
bebedero construido bellamente. ¿Qué es aquello que da valor al bebedero, a la
fuente o a la cima? ¿Qué es aquello que da valor a un bebedero? ¿La piedra, el
mármol o el agua que fluye del vertedero de ese bebedero? Tenéis alguna
universidad famosa en Europa. ¿Qué es aquello que da fama a la universidad?
¿Sus libros y bibliotecas? No, sus profesores eminentes. Tenéis iglesias
construidas de aquella piedra bella. ¿Qué es aquello que da sentido a las
iglesias? Por una parte los feligreses, por otra parte – los sacerdotes. Tenéis
algún hotel famoso, algún motel. ¿Qué es aquello que da sentido al hotel? El
hostelero. Tenéis un restaurante famoso. ¿Qué es aquello que da sentido al
restaurante? El cocinero principal, que sabe cocinar. “¡El restaurante sin el
cocinero, la escuela sin el maestro, la iglesia sin el sacerdote, el hogar sin
la ama de casa, que todo esto lo queme el fuego!”, así dice el búlgaro.
Los tiempos
nuevos requieren comprensiones nuevas; los tiempos nuevos requieren una lógica
nueva; los tiempos nuevos requieren una gramática nueva, una ortografía nueva.
Algunos de vosotros pensáis que sabéis mucho escribir ¿no? Yo me asombro
a veces de los escritores búlgaros. Yo no he encontrado todavía entre los
escritores búlgaros tales que utilicen cada palabra a su sitio. ¡Y pasan por
escritores muy destacados! No solo entre los búlgaros no he encontrado, sino
que y entre los escritores ingleses. Esto no es un defecto de la conciencia,
pero los pueblos contemporáneos todavía no han alcanzado este alto nivel de
desarrollo, como para comprender el contenido del lenguaje. Los pueblos
contemporáneos hablan solo por forma. Un poeta joven puede escribir así:
“¡Cimas altas, valles profundos!”. Ahora alguien puede reírse de la poesía de
este poeta. Otro poeta joven dice así: “¡Oh, tú eres bella como una crema
montañosa, tú eres como una fuente turca!”. Este poeta puede corregirse. Tomen
la traducción de los Salmos sagrados del lenguaje hebreo. Estos se leen muy
difícil, no han sido traducidos como deberían, y aquellos que los han
traducido, ellos estaban lejos de comprender el sentido interno de aquellos
salmistas que los han escrito hace miles de años. Por lo tanto, no es un
reproche que ellos no pueden traducir el sentido interno de un salmo, o que no
comprendan los Evangelios contemporáneos que han sido escritos hace 2,000 años,
o los mensajes de los apóstoles como por ejemplo el mensaje del apóstol Pablo.
Y hoy en día, ellos se sientan y se ponen de acuerdo, como los geólogos se
ponen de acuerdo para la Tierra, como los astrónomos se ponen de acuerdo para
el Sol, como los biólogos, los químicos, los físicos se ponen de acuerdo acerca
de ciertas preguntas. Y todos ellos con conjeturas caminan. Suponen, admiten,
miden, pero por mucho que miden, hay ciertas medidas fuera de los preceptos
humanos, nosotros les llamamos números irracionales. Mides, mides, siempre
queda un pequeño exceso, no puedes dividirlo. Divides, divides, lo dejas de
lado, dices: “Eh, no pasa nada”. No, estos excesos más pequeños que quedan son
los que crean los sufrimientos más grandes de la humanidad contemporánea. Tú
dices: “Dinero, dinero, pan, ropa, casas, esta es la cuestión más importante”.
Verdaderamente el pan es importante, la ropa también, la casa también, pero la
casa, el pan y la ropa no son unos de los elementos primordiales. Si la casa
fuera uno de los elementos primordiales, la gente no moriría. Es bueno que el
hombre tenga casa, pero no todo está en la casa. El cuerpo, y él es una casa.
Yo os voy a transmitir una anécdota, la tomo de una novela no editada. Se
cuenta en esta novela de dos condes, y los dos deportistas grandes, se van
de avdzhilak (de caza – n.t.), como dicen los turcos. Uno de
los condes se llamaba Caponi. Un día él sale con su rifle, digámoslo así de
manera moderna, entre los arbustos para buscar conejos, y ¡hop! – cae en un
hoyo grande, un pozo viejo de 7-8 metros de profundidad. Mira desde abajo, no
puede salir. Da un grito y a su alrededor un pastor. Se acerca el pastor: “¿Qué
hay?” – “Caí en este hoyo. ¿Puedes ayudarme?“ – “Puedo”. El pastor tenía una
cuerda gorda. La trajo. Pero noten, que este conde Caponi era un hombre muy
delicado, con manos suaves, con todos los modales europeos. Al cogerse de esta
cuerda, sus manos se han pelado un poco. Él dice al pastor: “Tú, señor, ¿no
puedes echarme una cuerda más fina, de seda, se han pelado mis manos?” – “Eh,
las fábricas ahora han sacado tales cuerdas, todavía no han fabricado cuerdas
de seda. Si quieres, si no, te quedarás más tiempo abajo”. Por fin le saca.
Cuando sale el conde del pozo, pega tres palizas al pastor. “Tú tienes que
saber, que como eres pastor en esta área, deberías cerrar este hoyo para que no
me causes tales sufrimientos”. – “Bien, pronto cerraré este hoyo”. El conde se
va. El pastor se va a la ciudad para pedir una tapadera para el pozo, pero en
este tiempo otro conde, Bermuccio, que rondaba alrededor de esta área, ¡hop! –
cae y él en el pozo. Viene el pastor, cierra el hoyo, oye una voz: “¡Por favor,
hermano, no cierres el pozo!” – “¿Cómo? Hace poco saqué a otro”. – “¡No, por
favor!” – “¿Cómo, sois dos?” – “¡Sácame, por favor!” – “¡Ah, te voy a sacar!
Hace poco saqué a uno y él, cuando salió, me pegó tres palizas, porque la
cuerda era muy burda y por causa de esto se peló las manos”. – “No, yo te seré
extremadamente agradecido, échame cualquier cuerda“. El pastor le saca y por
gratitud el conde le llama a un banquete. Pregunto ahora: ¿Por qué estos dos
condes tienen dos comprensiones diferentes? Vosotros vais a objetarme: “Esto es
imposible, es el autor que ha hecho estas cosas así”. Pero yo pregunto: ¿Por
qué las iglesias cristianas contemporáneas, una ortodoxa y otra evangélica, no
se comprenden? ¿Por qué, cuando se encuentran, se dan la espalda? ¿De qué
proviene esta incomprensión? ¿Y lo uno y lo otro no es la enseñanza de Cristo?
¿Este Evangelio no es esta cuerda echada en un pozo? ¿No es esta cuerda una y
misma? – Una y misma es, pero al uno se le pelan las manos y al otro – no se le
pelan. ¿Por qué? Decís: “Esto es un hábito, esto es educación, esto es porque
así hemos nacido”. No, esto no es aclaración de la vida. No es que solo digamos
que su madre, que su padre así le han hecho nacer. Sí, pero su abuelo, su
tatarabuelo hace 4-5 generaciones no eran tan borrachos, esta herencia vino
luego. Por lo tanto, unos ciertos defectos, que existen en el mundo, esto no
son defectos dentro de la vida misma.
Ahora vamos a volver hacia lo sustancial en la vida. Pablo, que pasaba como un
buen conocedor de la ciencia mística, habla cuáles son los frutos del Espíritu.
Algunos cuando oyen “ciencia oculta”, empiezan a mirar con ojo malo. Cuando
hablamos de espiritismo, de espíritus, empiezan a mirar con ojo malo. Dicen:
“Ah, los espíritus, esto es una cosa mala”. No, los espíritus, esta es la única
cosa razonable en el mundo. Bajo la palabra “espíritu”, comprendo aquello lo
razonable, la cosa más bella en el mundo, lo que da sentido a la vida, lo que llena
todo, lo que trae todas las bendiciones y da aquella, la más bella disposición
mental, cordial y de voluntad en la vida. Cuando el Espíritu habla, en el mundo
no hay contradicciones ningunas. Si nos hubiéramos guiado por este Espíritu,
que dirige todo en la vida, nosotros siempre nos comprenderíamos. Y cuando
hablamos de espíritus en el sentido ordinario de la palabra, estas son las
almas humanas atrasadas en el camino de su desarrollo. Alguna vez y ellos
hablan, nosotros a ellos les llamamos espíritus pequeños. Algunos dicen: “El
Espíritu me habló”. ¿Qué te habló? – “Haz esto y esto”. Cuando venga el
Espíritu, ¿cuáles son las cualidades por las cuales Le reconoceremos? No voy a
dejar a vosotros que lo adivinéis, se va a tocar vuestro amor propio por no
haber acertado, pero cuando digo yo, aunque haga un error, diréis: “Eh, el
Maestro hizo un error”. Entonces yo tomo toda la responsabilidad, haré un
error.
Y así, la
presencia del Espíritu siempre produce calor en el mundo físico; la presencia
del Espíritu siempre produce movimiento en el mundo físico; la presencia del
Espíritu siempre produce crecimiento en la vida; la presencia del Espíritu en
el mundo físico siempre produce florecimiento, da frutos. El Espíritu trae vida
dentro de sí. Por lo tanto, Él ensancha la consciencia. Ahí donde este Espíritu
viene, si Le das lugar, verás que Él trae alegría en toda la casa. Aquél que
tiene este Espíritu Divino, de él emana algo abundante, él es como una fuente
montañosa y todas las plantas alrededor conocen a este Espíritu. ¿Por qué? – Él
introduce vida. Ahora, no os hagáis ningunas otras ilusiones. Cuando el
Espíritu está ausente, en vosotros inmediatamente nacerá otro estado:
melancolía, falta de sentido en la vida, antipatía, dudas, sospechas,
tonterías, no tienes ganas de trabajar, no amas a la gente, etc. Por lo tanto,
la presencia del Espíritu tiene un lado positivo. A este lado ahora Pablo se
refiere.
Al otro lado le llamamos fuerzas obscuras de la vida. Y ellas son activas. Así
que en el mundo hay dos tipos de conciencias: una de las consciencias es
consciencia de la luz y la otra consciencia es consciencia de la obscuridad.
Por eso tenemos gente a la cual yo llamo “gente de la consciencia luminosa” y
“gente de la consciencia obscura”. Donde sea que encontréis a esta gente, en
Inglaterra, en Bulgaria, ellos se distinguen. Ves a un hombre cuya consciencia
está obscura. Hasta que no cambiéis su conciencia, no podéis cambiar y su
carácter. Si la madre da a luz a un hijo con conciencia obscura, cualquier
profesor que le tome, él llegará a ser simplemente un oficial. No voy a
utilizar la palabra francesa “vagabundo”. La palabra “vagabundo” posteriormente
ha tomado este sentido.
Y así, la primera manifestación del Espíritu, el primer fruto, esto es el Amor.
El Amor, este es el primer, el invencible impulso de la vida, contra el cual
ninguna fuerza en el mundo se puede contraponer. Él es una fuerza que destruye
todo. Por lo tanto, este primer impulso en la Naturaleza es el más fuerte. Este
es el primer impulso, contra el cual vosotros debéis abrir el camino real. Si
no lo abrís, él mismo se lo va a abrir. El amor no reconoce leyes ningunas. Yo
os hablo del Amor como una fuerza. Él viene al mundo y nosotros le reconocemos,
nosotros le vemos desde lejos con nuestros telescopios. Fuera de nuestro
universo viene una gran oleada y ella va con una rapidez colosal. Ella se
derramará sobre todo el mundo y todos aquellos que se le contrapongan, ella los
levantará y los llevará consigo. ¿Dónde los llevará? Los llevará ahí donde van
y algunos trabajadores en alguna fundición de hierro. En alguna fundición de
hierro, algunos de los trabajadores no cuidadosos, cuando derriten el hierro,
por no cuidarse caen en el horno y el maestro nota que su temperatura sube con
unos cuantos grados. Cuando desaparece el trabajador del mundo físico, la
temperatura del horno aumenta con 2 grados. ¿Comprendéis? Así y estos
trabajadores en el mundo, que serán llevados por esta oleada, solo subirán la
temperatura del horno Divino con unos cuantos grados. Y nosotros solo hacemos
crónica de esto. Cuando hablamos de subida de la temperatura, esto significa
que aquellos trabajadores ahí, por descuido, cayeron en el horno y subieron su
temperatura. Ellos entraron dentro para aprender las leyes del Amor.
Ahora, a veces, nosotros juzgamos el mundo externo, por haber puesto tales
leyes, por haber hecho esto o aquello. Bien, nosotros dejaremos el mundo
externo, ¿pero nosotros qué hemos hecho? El mundo externo es un reflejo del
mundo interno en nosotros. El mundo externo político es una expresión de
nuestra vida interna. No hay por qué enfadarse con los dirigentes, con el
Estado. Ellos han salido de la misma vida, aplican las leyes y los principios
que han aprendido en ella. ¿Por qué vosotros tenéis que enfadarse con ellos?
Cada palabra debe guiarse por el Espíritu. La presencia del Espíritu trae el
Amor. Este es un impulso interno, un impulso invencible. Cuando en el mundo
viene algo grande, una de las señales es que siempre ocurre una calma sin
ningún movimiento. A esto se le llama paz, Amor. La paz significa una calma
interna en el espíritu, así como cuando esperas que ocurra algo importante. Y
después de esto viene la alegría.
La alegría es una efusión interna del Amor que ha venido. Él se precede por la
paz que trae un silencio interno. En este silencio todos permanecen en asombro,
esperan a lo grande, lo glorioso que viene en la vida. Y entonces
inmediatamente vemos este florecimiento de cada alma en el mundo. Por lo tanto,
en el mundo ya viene esta alegría. La alegría muestra que la vida empieza a
florecer. No comprendan que el florecimiento se refiere solo a las plantas, que
este proceso ocurre solo afuera. No, en la conciencia del hombre ocurre este
florecimiento. Esto significa que este hombre hasta ahora ha comido, bebido,
robado, mentido, y viene un impulso bello en él, y él dice: “De ahora
en adelante yo seré un hombre noble, no me voy a permitir ninguna violencia”.
Hay muchos héroes en el mundo que piensan que son gente fuerte. Y si yo
preguntara ¿en qué reside la fuerza de un hombre, cómo responderíais? – Que
exprese su amor. ¿Pero cómo expresarás tu amor? ¿Que abraces a alguien? – No.
¿Que beses a alguien? – No. ¿Que le edifiques una casa? – No. ¿Que le envíes a
estudiar? – No. Yo os voy a decir lo más importante. Imagínense que vuestras
manos y pies están atados, todo vuestro cuerpo está atado. ¿Si llego yo primero
a vosotros, cuál es aquel acto que debo utilizar? ¿Debo dar un paso y castigarles?
¿Debo acariciarles, diciendo: “¡Oh, mi pajarito, estás muy torturado!”? ¿Si yo
soy una madre, tengo que besarle y decir?: “¡Oh, hijo mío, te has torturado
mucho! ¿Que te dé un poco de caldo, un poco de panecito, esto o aquello?”
¿Tengo que llevarle en las manos, que le doy ropitas? ¿Es esto lo que tengo que
hacer? No, la primera cosa – silencio. Luego, poco a poco tomaré el cuchillito
y cuidadosamente cortaré estas cuerdas. No voy a hablar. Esto es paz, esto es
florecimiento. Cuando haya cortado esta cuerda, entonces vendrá el
florecimiento. Entonces las piernas se liberarán, las manos se liberarán y la
alegría vendrá. Entonces, la primera cosa: el Amor se expresa a través de la
liberación de aquel que amas. Vosotros vais a preguntarme: “¿Cómo lo voy a
liberar?” Si tu corazón esta tenso y tú te envenenas desde dentro, tú no puedes
liberarle. Aquél que te ama, él sabe cómo actuar. Tomará su cuchillito, será
cuidadoso, no va a afectar tu piel de ninguna manera, afectará solo esa cuerda.
Él debe comprender tu naturaleza, tu alma, tu mente. Este es el hombre que te
ama. Aquél que corta tu piel, él no te ama. Algunos dicen: “Yo te amo”. Haremos
una prueba. Hacéis pasar vuestro cuchillo y decís: “Pues yo tengo miedo de no
afectarte en alguna parte”. Entonces no eres de aquellos que aman. Aquél que
ama, él es valiente, instantáneamente saca el cuchillo y sabe dónde ponerlo.
Ahora, los reformistas, maestros, educadores contemporáneos son muy valientes,
dicen: “Que eduquemos a los niños, que eduquemos la sociedad contemporánea”.
Excelente idea, pero que se aplique. ¿Cómo hay que educar a los niños, cómo hay
que educar a la sociedad? Desde hace 8,000 años hasta ahora, la gente se educa,
qué métodos no han sido utilizados, pero estos métodos no tienen resultado, es
decir, tienen resultados pequeños, pero aquél método verdadero, que el Amor
Divino trae, todavía no es aplicado. Y en el mundo trabajan muchos seres
superiores, muchos ángeles, pero nosotros vemos que y en sus métodos, todavía
hay un defecto, una pequeña desventaja. Y noten que cada pueblo quiere
elevarse. ¡Una idea excelente! Cada pueblo quiere llegar a ser grande, fuerte,
potente. Tiene razón. ¿Quién es aquél hombre que no quiere crecer y llegar a
ser potente? ¿Quién es aquél hombre que no quiere que en su corazón haya orden?
Por lo tanto, la gente por eso y se organiza, quieren tener orden dentro del
país. ¿Pero cuál, ahora, es la manera para que se ponga este orden? Pablo
explica cuáles son los frutos del Espíritu. Y yo me voy a detener parcialmente,
no se los voy a explicar todo. ¡Que no penséis que os voy a descubrir todos los
secretos! En esta conferencia mía, yo os voy a dar solo un bomboncito y os voy
a decir: Cuando vengáis una segunda vez, os voy a dar un bomboncito más.
Vosotros, cuando salís de aquí, diréis: “¿Por qué no nos das un bomboncito más?
Muy tacaño es este hombre – promete, da un bocadito de pan, muestra el pan, lo
esconde y dice: “¡Ya es suficiente!” – como que el trozo se va a cortar de su
corazón”. El pan sagrado siempre se da en miguitas muy pequeñas. El Cielo no
tiene hornos tan grandes como aquí. El horneado del pan ahí no es así como
aquí, ahí no se hornean hogazas tan grandes. Alguien dice: “¡Dad una hogaza
grande!” El Cielo no conoce tales métodos – que hornea hogazas grandes. Yo,
cuando tomo alguna vez vuestras hogazas me asombro cómo voy a levantarlas. En
el Cielo, en un pequeño trocito hay una fuerza tan grande, basta que sepas cómo
utilizarla. El que sabe la utilizará, pero el que no sabe, él llevará la carga
grande. Frecuentemente, cuando paso por una aldea, miro a algunos cerdos
grandes, llevan en su cuello unos tales triángulos grandes, volteados hacia
abajo. Hay y adeptos que llevan tales triángulos. Los búlgaros, cuando saben
que su cerdo no es muy pacífico, para que no pase a través del vallado ajeno,
le cuelgan un tal triángulo y él se acerca al vallado, ve que no puede pasar,
regresa atrás. No puede, una ley de equilibrio es este triángulo. El búlgaro
dice al cerdo: “Estudiarás este triángulo, él es una ley de equilibrio, es
obediencia a Dios”. Y el cerdo, cuando llega al vallado, mira por aquí y por
allá, regresa atrás, dice: “Hay algo en mi cuello”. Y ahora desde el mundo
invisible, el Señor ha puesto a la gente tales triángulos. Yo les encuentro
siempre con tales triángulos en el cuello. Nosotros nos reímos de estos cerdos.
Decimos: “¡Un cerdo es este!” Eh, bien, ¿si un hombre de Estado viene para
mejorar la situación de un pueblo, si viene para crear tales leyes que van a
mejorar su situación y crea toda una anarquía, es recto esto? Si aquel general
búlgaro ha venido a ayudar a su pueblo, pero abre guerra, que sufre una derrota
y los abrigos de todos se quedan en posición horizontal, ¿no debe buscar la
culpa dentro de sí? ¿O como Pilatos lavará sus manos y dirá?: “El pecado de
nuevo es vuestro”. No es así. Si el general quiere guerrear, él debe saber por
qué. Si el hombre de Estado pone una ley, debe saber por qué. Si la madre da a
luz, debe saber por qué. En todas partes hay una comprensión incorrecta. A la
muchacha joven nunca tenéis que representarle el lado incorrecto de la vida.
Vosotros le decís: “Tú, cuando te cases, vivirás bien, el muchacho está rico,
es de un linaje noble, educado está, te va a mirar como un huevo pintado*”. Y
ella dice: “¿Ah, así?” – decide a casarse. ¡Una boda búlgara, esto es un
auspicio del tiempo! ¡Vienen consuegros, cuñados, padrinos, esto es una semana
entera! Y la muchacha dice: “He encontrado el sentido de la vida”. Viene el
sacerdote, les bendice, dice: “Vivan como Abraham y Jacob”. Sí, pero no sale
como Abraham y Jacob. Y luego dicen que el muchacho es culpable. Pero el
culpable no es solo él. ¿Acaso esta muchacha harapienta vivía mejor? ¡Pues ella
y a su madre no escuchaba! Como que si no la conozco, cuántas veces tiraba el
platito de su madre. “Toma, hija mía”. – “¡Hm!”. No quiere tomar. Y ahora
dicen: “¡La pobre muchacha, el muchacho la hizo infeliz!” No está en él toda la
culpa. Sí, hay culpa en él, él no tiene que ser burdo. El tiene que ser justo y
noble. ¿Sí, pero acaso ella no tiene que serlo? – Y ella tiene que ser noble.
Una cosa se requiere del hombre, otra de la mujer. La ley del Amor debe
aplicarse. Pablo dice cuáles son los frutos del Espíritu.
“Y el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, longanimidad, benignidad,
misericordia, fe, mansedumbre, templanza”.
La paz es una calma interna. La alegría, esto es florecimiento. La benignidad,
esto es un aroma interno, esto lo que se contiene dentro de la vida misma, en
la conciencia misma. Dentro de la misma conciencia debe haber una cierta
benignidad, o sea, dentro de la conciencia debe haber una cierta suavidad. La
misericordia, esto es aplicación. Entonces esta benignidad debe tener por fuera
un método de aplicación.
La segunda fase, esta es la fe. Pablo se detiene sobre la fe. La fe es una
cualidad de la mente. En ella deben aplicarse las virtudes mentales. Después de
esto vienen la mansedumbre y la templanza. ¿A qué podemos asemejar la
mansedumbre y la templanza? – El hombre manso es el hombre fuerte, y el hombre
templado es el hombre rico. Hombre templado es solo aquel que tiene riqueza
dentro de sí mismo. Él retiene esta riqueza.
Estos son los frutos del Espíritu. Estas son fuerzas que actúan dentro de nuestra
conciencia. Solo cuando encontramos el comportamiento entre el amor, la paz, la
benignidad, la mansedumbre, la templanza, la fe y la misericordia, entonces
comprenderemos qué cosa es el Espíritu. Noten que estas fuerzas en cada persona
no aparecen en un mismo orden. Esto depende del nivel de la conciencia humana.
Cada persona quiere tener calor. Y verdaderamente el calor es una señal bella.
Pero si en este calor aumenta la combustión, ya aparece un estado doloroso.
Cuando las substancias arden y no se queman correctamente, las energías no se
transforman por completo, queda un pequeño exceso, aparece un estado doloroso,
y el estado doloroso siempre se refleja sobre la cabeza. Cuando vuestra cabeza
es caliente, tenéis un estado doloroso. En la cabeza del hombre no debe de
haber calor, debe estar templado, o sea, en la cabeza debe haber luz y en el
estómago – calor. Tal es la ley. Si esta cosa cambia, o sea, que en la cabeza
haya calor y en el estómago luz, nosotros volteamos al mundo con la cabeza para
abajo. Por ejemplo, ¿cómo ponen las madres la luz en el estómago de su hijo? –
El niño está sano, la madre toma bomboncitos, dice: “¡Toma, hijo mío!” El
bomboncito es luz. Piensan que cuando pongan este bomboncito en el estómago,
aportarán algo al niño. No, solo van a estropearle. La madre dice: “¡Venga,
hijo, uno más!” Ponen un bomboncito más en su estómago. Por fin aparece dolor
del estómago. Llaman a los médicos. La madre dice: “No sé qué le ocurrió”. La
madre, por gran amor, pone la luz en el estómago, el calor en la cabeza y luego
no sabe que le ocurrió. Y el médico, como no sabe qué le pasa, prescribe aceite
de ricino. ¿Por qué prescribe aceite de ricino? Cuando hablan algunos del
aceite de ricino, ellos comprenden otra cosa. El aceite de ricino sobreentiende
que a esta vida algo le falta. Cuando entra el aceite de ricino en el
organismo, él primeramente hecha fuera todas las impurezas. El aceite muestra
que nada impuro en la vida debe quedarse, que se eche todo fuera. Vuestro
estómago tiene que liberarse. Y ahora una fila de fisiólogos disputa sobre
cuántas horas tienen que pasar hasta que se digiera la comida, cómo tiene que
ser el proceso de la digestión, etc. No, no, alimentos buenos son los que se
digieren de la manera más fácil y de los cuales quedan, de ser posible, los
excesos más pequeños. El exceso siempre representa un estado estancado. Un
hombre que se mueve no puede tener excesos. Aquella gente que empieza a
descansar más de lo que debería, ellos engordan. ¿Qué es el engrosamiento? – El
engrosamiento es una riqueza innecesaria. Éste ha dejado en el banco sus
ingresos, un segundo, un tercero, un cuarto, todos estos han dejado una serie
de documentos en los almacenes. De todos estos almacenes nosotros debemos de
liberarnos.
Y así, la primera cosa en el mundo: el Amor debe comprenderse como una ley en
su aplicación, que se aplique en nuestra vida individual. ¿Tiene el Amor
aplicación en la vida mercantil? – Tiene. ¿En la vida familiar tiene? – Tiene.
¿En el ejército tiene? – Tiene. ¡En todas partes tiene aplicación y debe de
aplicarse! Él tiene diferentes aplicaciones. Él tiene que llevar el bien por
doquier en el mundo. ¿Por qué la gente se va a guerrear? – Para que se dé
libertad. ¿Por qué escriben? – Para libertad. Por lo tanto, en su base, cada
uno tiene como porción hacer a los que le rodean libres, pero debemos ser
prudentes, para saber cómo aplicar esta libertad. Si la libertad verdaderamente
es lograda de una manera razonable, ella contiene una cualidad en sí – trae alegría.
Por ejemplo, este que al cortar la cuerda para liberarme me mutila las manos,
él me ha liberado incorrectamente y yo no estaré alegre. Pero si me libera
correctamente, la primera cosa que va a ocurrir es que sentiré una alegría por
la libertad que me ha sido dada. Por lo tanto, la alegría siempre proviene del
hecho que somos libres. Porque cuando vemos a aquel que nos ama, nuestro
corazón empieza a trepidar, sabemos que él nos trae libertad, o sea, trae
alegría, pues la alegría y la paz significan que todos aquellos obstáculos que
desarreglan nuestra vida serán quitados. Ahora alguien dice así: “Yo no tengo
paz en mi vida”. – No tienes paz puesto que no has adquirido el Amor. El Amor
hay que recibirlo en su esencia. No es que vosotros no tenéis este Amor, lo
tenéis, pero en este Amor hay algo mezclado y tenéis que purificarlo. Vosotros
amáis solo a vuestros hijos, vuestra mujer, pero y ellos los amáis en ciertas
condiciones. Muchos hombres aman a sus mujeres, ¿pero cuándo? – Mientras está
joven, mientras está bella. Una vez empieza a envejecer, una vez empieza a
enfermarse, se enfrían hacia ella. Una vez empiezan a ver mujeres bellas por
fuera, su corazón empieza a enfriarse. Pregunto entonces: ¿Es esto amor? – El
Amor no se basa en las formas externas. El Amor, esto es el vuelco de un alma
razonable hacia Dios.
Pregunto entonces: ¿Qué es la religión? – La religión, esta es la segunda fase
de la vida, un vuelco del alma. Mucha gente entra en la vida religiosa así como
en la vida social. En la vida religiosa no hay ningunos comportamientos
mundanos, ningunos negocios materiales debe haber. Cuando yo vaya a algún lugar
no comprendo que deban recibirme mundanamente, no comprendo que deban
alimentarme bien, que me den buenas ropas y cama. Esto es lo más pequeño que se
me puede dar. Aquel que me ama, él me dará y más. ¿Acaso yo, cuando doy a aquel
hostelero 50-60 levas no me dará una habitación bien calentada con cama y
sábanas limpias? – Me dará tales, ¿pero por qué? – Por el dinero. Y aquella
mujer, cuyo marido la alisa y la acaricia, ¿por qué hace esto? – Por su dinero.
La gente dice que ama, ¿pero por qué? – Siempre por algún interés. Alguien
dice: “Yo amo a mi mujer”. ¿Pero por qué? – Porque es sana y bella. Que se
quede en cama 7 años, que des toda tu riqueza por ella y que de nuevo te sea
agradable, que no te aburras de ella, entonces te veremos. ¡Y así! Él pronto se
aburre de ella y dice: “Que ella se muera, que yo me tome a una más joven”.
Esto no es amor.
¡Y en esta posición todos vosotros pasáis por culturales! Algunos dicen: “¡Su
cultura!” La nueva cultura es la vieja cultura. Las nuevas comprensiones son
las viejas comprensiones. Ahora miro a los de Sofía, en la región de Sofía, por
fuera es europeo, y por dentro – de Sofía. Cultural por fuera, pero por dentro
– la vida vieja. Nosotros pasamos por cristianos por fuera, pero por dentro
llevamos la vida vieja pagana. Este es el cristianismo actual. Y dicen: “¡Dinos
la verdad!” Bien, yo quiero decirles la Verdad. Yo, cuando hablo la Verdad, me
afecto y a mí mismo, ¿comprendéis? Salen trabajadores una noche de la mina y
todos están ennegrecidos, pero ninguno de ellos ve esto. Entre ellos hay y
mujeres. Pasa uno de los trabajadores, los demás le dicen: “A lo mejor tú eres
muy bello”. Pues y tú a lo mejor eres muy bello. Todos han trabajado en la
mina, obscuro está por fuera, no se ve. Uno de ellos enciende una cerilla, ve
que todos son negros, no son bellos. Ellos deben regresar a su hogar,
limpiarse, vestirse y entonces, cuando salgan a la luz, serán bellos. Nosotros,
la gente contemporánea, salimos de esta mina, de este mundo. El mal no está en
que hemos venido a la Tierra y nos hemos ennegrecido. El mal no está en esta
negrura, ella no está por dentro, ella sale hacia afuera. Y cuando alguien
dice: “En pecado me engendró mi madre”, el pecado no está por dentro, pero mi
madre, como trabajaba en la mina, estaba ennegrecida, así que y a mí por fuera
me ennegreció. Este ennegrecimiento es solo externo. Yo por esencia, en mi
alma, quiero amar al Señor. Y si cambio por esencia, ¿esto será solo cuándo? –
Cuando altero el Amor, y esta cosa se refiere a la educación. Alguien dice:
“¡Prudente debes de ser!” ¿En qué consiste la razonabilidad del hombre? – La
razonabilidad consiste en esto: hacia cada persona tú tienes que ser muy
cuidadoso – en cuanto a sus pensamientos, en cuanto a sus sentimientos, en
cuanto a sus deseos. Yo no hablo de aquellos deseos no naturales, yo hablo de
aquellos sentimientos bellos, hermosos en el hombre. Alguien ha sembrado un
arbolito, no le vas a mutilar. Alguien se ha hecho una casa bella. Nada malo
vas a hablar de él.
Ahora dejaré el mundo externo, hablaré para aquellos que están dentro. Yo hablo
para vosotros y no para aquellos que están en el Cielo, ellos han aprendido la
ley. Algunos de vosotros irán al Cielo, llegarán a ser ciudadanos de aquel
mundo bello del Amor. Cuando hablo del Cielo, me acuerdo de un sacerdote que me
decía: “¡Ojalá el Señor hubiera ordenado otra manera para ir al Cielo, no
a través de la muerte, porque habrá crujido de dientes!“ Se voltea hacia sí
mismo y dice: “Eh, sacerdote, sacerdote, tú cantas a la gente, pero y a ti un
día te cantarán. Tú ahora les estás enviando a aquel mundo, pero y a ti un día
te enviarán”. Y entonces, para tranquilizarse, la gente dice: “El Señor nos
calmará. Vendrá paz”. Sí, pero esta paz que el Amor trae, es un aplacamiento.
La paz es una de las grandes cualidades del Amor. Y entonces, cuando tenemos
plena fe en aquel que nos ama, confiaremos plenamente en él y podremos
acostarnos silenciosa y tranquilamente para dormir, como se durmió
Cristo. Cristo se durmió una vez en el barco pensando que sus alumnos son
fuertes, que Le guardarán. Pero cuando se durmió, el barco se agitó y sus
alumnos Le dijeron: “Maestro, levántate, el barco se agitó, este trabajo es
peligroso”. Se levantó Cristo, sopló al tiempo y todo se aplacó. Y dicen:
Cristo amansó el tiempo”. Amansó el tiempo, pero no pudo amansar a aquellos
soldados romanos, a aquellos sacerdotes. ¿Y sabéis por qué no pudo amansarlos?
– Porque el tiempo, en el cual Cristo vivía, era así. En aquel entonces no
reconocieron a Cristo.
Yo frecuentemente utilizo la palabra “fuera del tiempo”. Cuando digo esto, esto
significa que vivimos fuera del tiempo. El tiempo no hace crónica de nuestras
obras. ¿Sabéis por qué no les hace crónica? – Se hace crónica solo a cosas
prudentes: lo que ha escrito tal o cual poeta, lo que ha dicho tal o cual
filósofo. ¿A las cosas estúpidas se hacen crónicas? – No, ellas se quedan fuera
del tiempo. Por lo tanto, la gente vive libremente. ¿Por qué? – Porque el
tiempo, la naturaleza no hace crónicas de sus obras. Ella dice: “Estos todavía
son niños pequeños, niños de los caprichos”. Solo en pocos lugares hay cosas de
las que se pueden hacer crónicas. Incluso y la gente contemporánea, cuando dice
muchas cosas, de todo esto no se puede hacer crónicas. Algunos dicen: “Eh, el
Amor nosotros lo hemos escuchado”. El Amor no se puede escuchar, él se
transmite solo a través de contacto, cuando dos almas se acercan. ¿Sabéis qué
cosa significa acercamiento de las almas? Cuando el Amor toca, forma un calor
interno y este calor da la vida libre. Cuando se tocan estas dos vidas, se
forma luz. Y por lo tanto, la vida tiene dos direcciones: una dirección hacia
el centro de la Tierra y la otra – hacia el Sol, hacia arriba, o sea, una de
las direcciones hacia vosotros, primeramente nosotros nos amamos a nosotros
mismos, y luego queremos amar y a los demás.
Os voy a dar un ejemplo para esta lucha que existe entre la gente, que ha
existido y hace miles de años. Uno de los reyes antiguos – Rama Severan, un
adepto de la Gran Hermandad Blanca, y Aliman Belima, también un rey –,
gobernaban sus reinos, pero estaban con comprensiones contrapuestas. Rama
representaba la ley del Amor. Él editó una orden según la cual, hacia toda la
gente tendrían que comportarse por la ley del Amor y ninguna violencia tendría
que hacerse. El rey Aliman sostenía la enseñanza del presente: fuegos de
ametralladora, horcas, cuchillos. Él decía que todo no amistoso debería pasarse
bajo cuchillo, que se inspire en todas partes miedo y temblor. Solo así el
enemigo temblará de él. Todos los pueblos vecinos, todas las ciudades y
poblados, por donde pasaba Alima, todo era quemado. Todos los ciudadanos
huyeron a los bosques y a las montañas. Cuando pasaban viajeros preguntaban:
“¿Por qué estas aldeas y pueblos están quemadas?” Decían: “Alima reina aquí. Su
ley es sagrada y los que no se someten sufren daño”. Enviaban mensajeros al rey
Rama con la petición de que les ayude. Él, como vivía por la ley del Amor,
enviaba gente suya que en poco tiempo restauraban todo: poblados y ciudades de
nuevo empezaban a vivir, y la gente empezaba a vivir ya por la ley de la
libertad. Nosotros vemos estas dos leyes y en la vida contemporánea. Ahí donde
aparecen gobernantes razonables en un país, como en Inglaterra, en América, la
historia los nota, ellos dan dirección hacia una cultura nueva. Sin embargo,
aparece y gente con puntos de vista contrapuestos, además no solo en el Estado,
sino también en la ciencia y en la religión. Esto existe en los hogares y en
todas partes. Un hombre y una mujer pueden separarse solo por causa de sus
convicciones. Entre hermanos y hermanas existen de nuevo los mismos puntos de
vista contrapuestos en las convicciones. No toda la gente tiene unos y mismos
puntos de vista.
Ahora vosotros, la gente contemporánea, queréis vivir fraternalmente, pero no
sabéis cómo vivir. Vosotros con su ignorancia podéis destruir la cosa más
bella. Si vosotros retenéis por más largo tiempo la mano de una mujer joven
contemporánea, podéis estropear su más bello estado de ánimo. Si retenéis por
un minuto su mano, ella inmediatamente se va a formar un buen concepto acerca
de vosotros. Pregunto: ¿Por qué tenéis que retener su mano por más largo
tiempo? Diréis: “Por cariño”. Bien, ¿por qué a la abuela vieja no queréis
retenerle la mano por más largo tiempo, sino que tenéis prisa? No, esto no es
filosofía. Cuando yo retengo la mano de una mujer joven, esto es amor por
interés. Cuando me coge un ladrón, un bandido, y dice: “¡Arriba las manos!” –
¿por qué hace esto? – Mete su mano en mi bolsillo para saquearme. Cuando me
saquea me deja ir. Cuántas veces, largo tiempo me retiene, para que tome todo
mi contenido. Después de tomar todo mi contenido dice: “Ahora estás libre”. Por
lo tanto, me preguntan algunas muchachas jóvenes: “¿Hasta cuándo nos amarán?” –
Hasta que os tomen todo el contenido. “¿Hasta cuándo me aguantarán en la
sociedad?” – Hasta que tomen todo tu dinero, todo tu contenido. O, dicho en un
lenguaje contemporáneo: Te aguantarán hasta que te expriman como un limón y te
echarán fuera. ¡Esto no es cultura, esto no es humanidad!
“Alegría,
paz, longanimidad”.
Para que se
realice cualquier amor, el hombre debe tener longanimidad. El Amor tiene que
aguantar todas las dificultades que nacen dentro de nuestra conciencia. No es
tan fácil. Nosotros nos hacemos amigos y estos amigos nos dejan, se estropea
esta amistad. La primera cosa es que retengamos nuestro Amor por más largo
tiempo. Ahora yo os haría una pregunta a la cual y os voy a responder. Éste,
que amas, ¿cuánto tiempo tienes que mirarle a los ojos? Y este, que amas,
¿cuánto tiempo tienes que sostenerle en tus abrazos? Nosotros decimos: “Largo
tiempo”. – No, no se necesita largo tiempo. ¿La madre, cuánto tiempo lleva a su
niño en los brazos? ¿Cuántos años? Algunos dicen: “Pero yo he perdido mi amor”.
La mujer se queja de su marido: “Hace tiempo, mientras era joven, tú me
rondabas, me besabas y ahora no me miras”. Pues así y el niño puede decir:
“Hace tiempo mi madre me sostenía en sus brazos, y ahora me dejó en mis pies
para caminar”. ¿Pues cuál es el estado natural? Que la mujer agradezca que su
marido ya no la besa; y que el marido agradezca que su mujer ya no le besa.
Pues si todavía te besa él es un ladrón. Si te besa, tú darás algo. Él te besa,
dice: “Cariño, tú irás a tu padre, él es rico, le dirás que viene la Semana
Santa, que desate su monedero. ¡Cuán bella eres, palomita!” Y la palomita se va
a su padre, le besa. “¡Papá!” – Y ella quiere algo. El padre dice: “¡Cuán buena
es mi hija!” Pregunto ahora: ¿Es esto amor? Nosotros nos engañamos a nosotros
mismos. Frecuentemente yo observo la vida humana. Encuentro a veces un hombre y
una mujer que se besan en la calle. Digo: ¿Por qué se besan? ¿La envía a su
padre? Él quiere algo de ella. Cuando veo que este beso es puro, a mí me es
agradable y digo: He aquí dos personas que pueden vivir por Dios. Y cuando miro
a otros digo: Ellos todavía están lejos.
“Y el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, longanimidad, benignidad,
misericordia, fe, mansedumbre, templanza”.
Estos son
los frutos de este Espíritu Divino que viene ahora en el mundo. Digo: “Una
nueva fase ocurre ahora en todo el Cosmos. Nuestro Universo ha alcanzado la
mitad de su camino de desarrollo. Por lo tanto, nosotros tendremos un proceso
inverso de desarrollo. Hasta ahora toda la humanidad, no solo aquí en la
Tierra, sino en todos los mundos que existen fuera y dentro del Universo, todos
están pasando en una nueva fase. No solo en la Tierra, sino en todo el Cosmos
está ocurriendo una transformación, aunque no todos están en igual nivel de
desarrollo. Todas las criaturas han llegado a la mitad de su desarrollo. La nueva
oleada que viene, no os va a dejar en el lugar viejo. Y si vosotros no aceptáis
la nueva enseñanza, en vosotros ocurrirá una aflicción tan grande que va a
producir en vosotros todo un infierno. El infierno no es otra cosa, salvo la
influencia de esta oleada Divina. En el futuro estos sufrimientos aumentarán y
sabréis que cuanto más grandes son vuestros sufrimientos, tanto más grande es
vuestra resistencia, y si eres consciente o inconsciente, esto es otra
cuestión. Sabréis que estáis en contraposición a esta oleada, por eso, os
armonizaréis y diréis: “Yo debo estar en acuerdo con el gran Amor consciente,
con el Espíritu Divino, y actuaré tan razonablemente como Él actúa”.
Quiero que os iluminéis sobre la acción del Espíritu. Algunos dicen: “El
Espíritu me dice esto. El Espíritu me dice aquello”. Cuando el Espíritu habla,
hay unas cuantas maneras por las cuales Él se expresa. Este Espíritu puede
hablarte mediante un amigo tuyo que tú amas. Él puede estar a un medio metro de
distancia delante de tus ojos. El hombre razonable a razonable habla. Luego,
alguien te hablará cerca de la oreja, te dirá: “Señor, te voy a decir un
secreto, un gran secreto”. Estas son maneras externas. Luego, hay otras
maneras. Alguien dice que en algún lugar debajo del corazón, debajo del
esternón algo le habla, o que algo le habla sobre su cabeza. A todos algo les
habla, pero los resultados de este hablar no son unos y mismos. Cuando el
principio Divino en nosotros empiece a hablar, el rostro adquiere una ternura,
una lucecita pequeña, en los ojos se lee una razonabilidad, la mirada es
estable y tal hombre está listo, en el caso dado, para hacer todos los favores.
Cualquier cosa que le pides, él dice: “Para mí es un placer de hacerle favor.
¡Vengan de nuevo a mí! Si vosotros me pagáis por el trabajo, me causaréis un
gran desagrado”. Tenéis alguna necesidad, él firmará por vosotros. Y nosotros,
ahora, en estas violencias, en estas extorsiones, pasamos por honestos, por
gente razonable. No quiero ponerles bajo tentación, pero digo: La ley razonable
puede aplicarse solo por gente razonable. Y por lo tanto, nosotros tenemos que
predicar primero la vida razonable, así que, cuando entre la vida razonable en
nosotros, más razonablemente actuaremos. Yo digo: Cada acto vuestro, cada mirada
vuestra, cada conducta vuestra debe interpretarse correctamente. Hace años yo
viajaba para Tarnovo y en el tren, a mi lado, estaba sentado un señor cubierto
hasta los hombros con un capote. Otro señor está sentado a su lado izquierdo.
Él se voltea hacia él: “¡Señor, no ve usted que me duele el brazo, no se
acerque a mí!” ¡Cuán cuidadosos debemos ser! Si este señor no quiere que me
acerque a su brazo, yo debo saber porqué. Debo interpretar correctamente por
qué él se ha cubierto con un capote. Su brazo no está sano, por eso él se ha
cubierto. Si un hombre no quiere hacerme favor, esto es porque hay un estado
doloroso en él. Si él no me ama – también. Todos estos son estados negativos.
La primera cosa para aquellos, que se encaminan por el camino Divino, es que
apliquen la gran ley del Amor. Si la aplican, ellos serán libres y sus prójimos
también serán libres. La gente científica debe enviar este pensamiento por todo
el mundo. El mundo solo así se liberará. Nosotros debemos ser portadores de
esta libertad. Si vosotros proyectáis un pensamiento fuerte de libertad hacia
cualquier persona, algún corazón tierno percibirá este pensamiento y ayudará
donde tiene que hacerlo. Ahora diréis: “¿Pero qué hay de esto que he deseado y
he enviado un pensamiento?” Los deseos y los pensamientos son los que crean el
mundo contemporáneo, son ellos los que traerán la libertad. Si empezamos a
hablar del Amor, el Amor vendrá. Si empezamos a hablar de la libertad, la
libertad vendrá. Y nosotros, la gente, decimos que todavía no ha llegado su
tiempo. La gente dice: “Guerra vendrá, matanzas vendrán” – y todo esto viene
así como lo piensan. Nosotros estaremos al lado de la opinión contraria. Vamos
a hacer una prueba, invocaremos a este Señor vivo que viene ahora en el mundo.
Haremos una gran prueba, vamos a ver si el mundo se puede corregir con el Amor
o no. – Se puede. Algunos nos van a decir que este amor es irrazonable.
Razonable es el Amor. Si alguien dice que el Amor es irrazonable, él no
comprende la palabra “amor”. La cosa más razonable en el mundo es el Amor.
Todos aquellos sentimientos nuestros dislocados que tenemos, estos son restos
de violencias de las culturas de los siglos pasados.
Y así, la primera cosa: nosotros tenemos necesidad de mujeres en su lugar.
Puesto que las mujeres son el elemento magnético, ellas tienen que ocupar su
lugar. Ellas no tienen que ser hombres. Luego, nosotros tenemos necesidad de
gente joven, pero no solo gente joven por forma, porque yo encuentro mucha
gente joven que ha envejecido antes de tiempo. “Jóvenes” comprendo tales en los
cuales fluye vida. Hombre joven llamo a aquel cuyas cuerdas están desatadas. El
hombre viejo está atado. La gente joven es portadora de la enseñanza nueva. Los
viejos les dicen así: “Vosotros ahora sois jóvenes, pero un día envejeceréis
como nosotros”. No, si vosotros envejecéis como los viejos, no necesitáis
llevar la cultura nueva. La primera cosa: ¡Debemos poner en nuestra mente el
pensamiento que no vamos a envejecer – nada más! Pues dicen que el rostro
humano se ha arrugado. Esto que mi rostro se arruga, esto no soy yo. Si mi ropa
envejece, esto no soy yo; si mis zapatitos envejecen, esto no soy yo. Yo soy
algo más que mi ropa; yo soy algo más que mis zapatitos; yo soy algo más que mi
rostro. Yo soy aquél pensamiento noble superior, que nadie con ninguna cuña
puede arrancar de mí.
Una de las cualidades más abominables que tenemos, esto es la susceptibilidad.
Alguien se ha susceptibilizado, se ha ofendido. Si, tú puedes ofenderte, pero
solo por el quebrantamiento de un principio Divino. Si yo ofendo a alguien,
inmediatamente voy a corregir este error que sirve como ofensa. Paso alguna
noche por la calle y veo, alguien ha cavado un hoyo que da una mala impresión,
pues y algún daño puede causar. Yo no busco el culpable, pero tomo alguna noche
una legona y arreglo el hoyo. Una segunda vez no me va a dar mala impresión.
Ahora yo os hablo sobre este gran Espíritu Divino, pero en las mentes de todos
vosotros todavía puede permanecer el pensamiento: “¿Qué piensa el Señor de
nosotros, cómo terminaremos nuestra vida, quién nos va a mirar en años viejos,
pues tenemos hijos, etc.?” ¡Dejen que el mundo piense en estas cosas! El mundo
ha inventado cosas ideales, nosotros tenemos que agradecerle. El ha construido
casas, ha ordenado el ejército, ha puesto guardianes, lo ha puesto todo en
orden. Y nosotros diremos: “¡Que se quiten estos guardianes del camino!” ¡No,
que se queden estos guardianes por el camino! ¿Por qué no yo, cuando paso por
el camino, que diga a un guardián?: “Hermano, tú realizas un trabajo honorable,
serás tierno y cuidadoso hacia aquellos que te rodean”. Algunos dicen: “¿Cómo
podemos solucionar la cuestión de la paz?” ¿En qué reside nuestra paz? –
Nosotros debemos ser fuertes. Yo soy un hombre fuerte. Paso, dos personas se
pelean. Digo: “Esperen, amigos, ¿qué hay?” – “Este tiene que devolverme 1,000
levas y no quiere darme los intereses”. Tomo y me impongo. – “¡Espera, tú no
puedes imponerte sobre mí, esto no es un trabajo tuyo!” – “¿Así?” Le cojo de
los pies, le levanto en el aire, le volteo con la cabeza hacia abajo, le digo:
“¿Tú me escucharás?” ¿Si es de fuerzas, sabes lo que puedo hacer contigo?
¿Cuánto te debe él?” – “Tanto”. Saco el monedero, le doy el dinero. “Toma, no
vas a violentar a tu hermano”. Y ahora nosotros decimos: “Somos débiles”. ¡No,
gente fuerte tiene que dirigir al mundo! ¿Cuándo podemos ser fuertes? – Solo el
Amor nos puede hacer fuertes. La gente cobarde es gente sin amor. La gente
estúpida es gente sin amor. La gente cruel es gente sin amor. La gente criminal
es gente sin amor. ¡Y entonces nos hablarán de amor hacia el pueblo! Que amen
ellos a su pueblo, yo les elogio. Todos los pueblos, cualesquiera que sean,
cada uno de ellos tiene su predestinación. ¡Todos los hombres de Estado, como
sea que sean, que se pongan en su lugar! ¡Puesto que ellos son los más
prudentes, que den un ejemplo al mundo! Ahora, si darán ellos un ejemplo o no,
esto es otra cuestión, pero así está escrito arriba, nosotros vemos y sabemos
que hay gente fuerte en la Tierra que pronto se manifestarán. Como hablo así,
algunos dicen: “Que no sean algunos comunistas, que no sean algunos
anarquistas”. No, no, los comunistas, los anarquistas, esta es la gente del
mundo. Y estos, que se manifestarán, ellos comprenden las grandes leyes de la
Naturaleza, ellos son gente luminosa. ¡Entonces comprenderéis qué cosa es un
hombre! Cuando lo miras, comprenderás que delante de ti tienes a un hombre
noble en quien puedes confiar. Ellos serán armados desde arriba hasta abajo.
Diréis: “¡Ah, armados!” Sí, pero serán armados completamente de otra manera. No
estarán con pistoleras, pero si tú decides contraponerte, él extenderá su mano
y tú te encontrarás en la tierra abajo. Luego de nuevo te levantará. Y cuando
extiende tres veces así su mano, todas tus ideas, todas tus comprensiones
incorrectas, desde hace 8,000 años, desaparecerán. No podrás contraponerte a
ellos y dirás: “Señor, desde ahora por delante Te serviré, no me voy a
oponer a Ti”. Si decides oponerte, te encontrarás sobre tu espalda.
Éstos, que vienen ahora, van a restaurar todos los pueblos europeos, van a
poner orden en todas partes. Ellos trabajan ahora desde dentro, ellos trabajan
en Bulgaria, en todas partes trabajan. Diréis: “¡Ah, trabajan ellos!” Sí,
trabajan. Un día yo llamaré a uno de estos hermanos, pero cuando no lo
esperéis. ¿Y sabéis qué ocurrirá cuando le veáis? Este salón tiene que ser más
ancho, porque todos os encontraréis con su rostro hacia el suelo. ¡Pureza se
requiere, pureza para el alma humana!
Yo quiero que lo más elevado, lo más noble en el alma humana que desde hace
miles de años se esconde, que ahora se muestre. Ahora es su tiempo. ¡Ahora o
nunca! Esto, un siglo, mil años, millones de años, ellos pueden caber en un
minuto. El tiempo puede acortarse, puede y alargarse. Esta cuestión es
filosófica. Ahora es tiempo de poner esto en sus almas y que todos recibáis el
Amor, o sea, que entréis en él y que empecéis a vivir en contacto con este
Espíritu Divino. Él ahora quiere manifestarse. Este Espíritu viene, pronto se
manifestará. Él es el primer rayo. Si vosotros os eleváis en vuestra
conciencia, veréis Su rayo desde el Este y diréis: “¡Ahora comprendo qué gran
predestinación tiene la vida humana; ahora comprendo qué cosa es el alma
humana; ahora comprendo qué cosa es Dios!” Entonces la Tierra abrirá sus
riquezas y nosotros no vamos a arar como ahora. Sin arar ella dará frutos.
Entonces no habrá necesidad de comer tanto como ahora. Vuestras cocinas se van
a reformar y vosotros diréis: “¡Bendito es el Señor, Quien nos ha dado tales
hijos e hijas! ¡Bendito es el Señor, Quien nos ha dado tales amigos!” Por todas
partes así será. Todos se bendecirán unos a otros, en todas partes la gente se
conocerá. ¡Esto, lo que viene, será! Algunos dicen: ”Puede ser que sea, puede
ser que no sea”. ¡Será!
Cuando digo que Cristo viene, esto es lo más grande que puede venir en el
mundo. Dios se va a revelar en Su belleza, en Su variedad y enjugará toda
lágrima de los ojos humanos. Quitará todas las tristezas y aflicciones, hará
que toda la gente viva una vida pura y honorable, todos serán ciudadanos libres
de la Tierra. Y vacas, y bueyes, y moscas, todos saltarán y se alegrarán. La
vaca, cuando la encuentres, te sonreirá, te lamerá un poco. Todos serán gozosos
y alegres, no solo la gente.
Y ahora algunos dicen, que Cristo ha muerto por nosotros. ¡No, Cristo viene!
Viene no para perdón de los pecados, Cristo viene para traer la vida nueva de
resurrección a todos aquellos que Le esperan.
“Y el fruto
del Espíritu es amor, alegría, paz, longanimidad, benignidad, misericordia, fe,
mansedumbre, templanza”.
Conferencia
dada al 3 de Febrero de 1924.
* La frase
”guardar algo como un huevo pintado” proviene de una costumbre búlgara
relacionada con la Pascua. En esta época, en Bulgaria se pintan y decoran
huevos hervidos, que luego se chocan uno contra otro por dos personas. Aquel
huevo que quede sano es el ganador. El mismo se puede utilizar más veces (n.
del t.).
Los Frutos del Espíritu por el Maestro Beinsá Dunó