PROFECÍA INCA DEL ÁGUILA Y EL CÓNDOR LA REINTEGRACIÓN DE LAS
TRIBUS DEL MUNDO. LA VISITA DE PACHACÚTEC, EL NOVENO EMPERADOR INCA, EL SÍMBOLO
Y LA PROMESA DE LO QUE PODEMOS LLEGAR A CONVERTIRNOS
“Cuando suficientes Semillas estén despiertas, liberadas del miedo y de
otros aspectos negativos del tercero y cuarto nivel de conciencia, las semillas
del quinto nivel podrán brotar dentro de la humanidad y formar un Todo”.
Querida Familia, hace días que el Imperio Inca, los conocidos como
los Hijos del Sol, me viene rondando en el sentir. Encontré una bella profecía
Inca que os comparto, para que nos de fuerza y esperanza en estos tiempos de
mutación de una sociedad mental y enferma, a una sociedad solar y totalmente
saludable.
El sol representa a la Vida (lo sé muy bien porque vivo con un sol
encarnado), y al decir que el sol representa a la Vida, no solo me refiero a
nuestro alimento, la luz y la calidez que nos da, sino que sobre todo supone la
conciencia solar que da base a sociedades humanas armónicas, como la sociedad
que estamos llamados a conformar en este nuevo ciclo cósmico que comienza.
Hay un emperador Inca que ‘casualmente’ lleva el nombre de Pachacuti o
Pachacútec, que significa, TRANSFORMACIÓN. Fue el noveno emperador Inca,
constructor del Machu Pichu, y fue considerado como un maestro luminoso fuera
del tiempo, símbolo y promesa de lo que podemos llegar a convertirnos.
Está ahora delante de mí, con su imponente aspecto, dado que estoy en mi
segunda y aún más profunda transformación o despertar, su llegada a mi vida sé
que significa la consolidación de algo, el punto de inflexión que me catapulta
a una nueva forma de estar y percibir el mundo, a un nuevo sistema de
creencias, limpio y sostenible para la Vida (totalmente nuevo, respecto al
sistema de creencias que he sostenido –sobre lo que es la realidad- al estar
encarnada en esta sociedad humana que está finalizando con el ciclo cósmico que
termina). Siempre estamos en una transformación mayor y yo no me libro de ella.
Agradezco este momento y la llegada de Pachacútec a mi vida.
Pachacútec –imponente y serio- eleva su báculo de oro al sol, se toca la
frente, lo besa y da con él tres golpes en tierra, activando algo que siento
que me va a explicar.
La llegada de Pachacútec a mi conciencia
‘Con la llegada de los españoles (europeos) el sol (emperador
inca) cayó a la tierra’, ‘Con la llegada de Pachacútec a mi conciencia, el sol
vuelve a Tierra’.
Rowina Wamáni:Hola Pachacútec, creo que quieres explicarme
algo importante.
Pachacútec: Hola, sé que sabes quién soy.
Rowina Wamáni: Bueno, sé lo que se dice de ti, pero no sé
quién eres en verdad, en torno al Imperio Inca hay muchísimo misterio, y en
torno al Machu Pichu, que tú mandaste construir, también lo hay.
Te siento anciano, aunque tu apariencia sea de un hombre de mediana
edad.
Pachacútec: Soy un anciano en conciencia, vengo de muy
lejos, de las estrellas, soy una esencia solar encarnada en humano, como tu
compañero, solo que yo alcancé mayor magnificencia que tu compañero, porque el
medio me lo permitía.
Yo anuncio la transformación hacia una nueva civilización solar, soy
el inicio de la misma, cuando activo la tierra, esa civilización solar da
comienzo, donde activo la tierra (se refiere al cuerpo físico) es la tierra de
los humanos que comienza a transformarse hacia un nuevo humano solar.
Rowina Wamáni: ¿Te refieres al cuerpo físico?
Pachacútec: Me refiero a todo lo que conforma tu Unidad
de Vida como SH: cuerpo, mente y espíritu.
Rowina Wamáni: Todo eso se transforma…
Pachacútec: Todos esos cuerpos se acoplan mejor el uno al
otro, conformando la sagrada unidad.
Rowina Wamáni: ¿Y dónde queda el corazón?
Pachacútec: En el espíritu, querida, el espíritu en el
mensajero del Corazón Creador la chispa divina en ti que trae bienventuranza.
Rowina Wamáni: Hasta ahora, el ‘espíritu’ nos ha dado más
bien dolor de cabeza, mira lo que hicieron los españoles con el Imperio Inca,
hicieron caer al sol (Atahualpa Yupanqui). Traían el cristianismo para que los
‘salvajes incas’ –un imperio que les daba 1000 vueltas- se convirtieran en
‘civilizados’ y creyentes de Dios.
Pachacútec: Esos seres malinterpretaron la Enseñanza
Sagrada, la mal utilizaron e impusieron una cultura mezquina que ahora llega a
su fin, para dar paso al amanecer de la Cultura del Sol, que prevalece en todas
las sociedades armónicas.
Rowina Wamáni: Pero esa Cultura del Sol no supondrá
adorar al sol ¿verdad? Porque yo no pienso adorar a nadie.
Pachacútec: No tiene que hacerlo, solo respetar, honrar y
agradecer lo que trae a tu vida: evolución y cambio.
Rowina Wamáni: El sol que viene ahora es un sol materno, ¿no?
Pachacútec: El sol que viene ahora, querida Princesa
Multicolor, es maternalmente femenino, sí.
Rowina Wamáni: Y, ¿qué has venido a anunciarme?
Pachacútec: Tu mayor transformación jamás antes experimentada, tu reconversión en
un espléndido ser humano solar, con sus capacidades divinas rehabilitadas por
conciencia.
Rowina Wamáni: Muy bien, Pachacútec, dime ¿qué trae este
nuevo Pachacuti?
Pachacútec: Un cambio para bien extraordinario, querida.
Rowina Wamáni: ¿Aún a pesar de la polaridad tremenda que
hay entre los mentales y entre los sintientes?
Pachacútec: Precisamente por eso, la separación de las dos realidades interiores
es tan clara, que eso ha de evidenciarse en la vida cotidiana, en vuestro
escenario común.
Rowina Wamáni: También hay mucho dubitativo entre los
sintientes, no es oro todo lo que reluce en ellos…
Pachacútec: Su corazón sí reluce, no sus acciones. Serán
ayudados para poner la balanza de la vida en su corazón, y no ya en su mente.
Rowina Wamáni: Me alegro mucho por ellos, para que puedan
experimentar en sus vidas cotidianas la bondad de sus corazones.
Gracias por lo que has activado hoy en mí.
Pachacútec: Es una activación mucho más grande de lo que
ahora alcanzas a comprender.
Querida Familia, yo soy la unidad en la diversidad, eso es lo que
represento, ese es mi don. Si Pachacútec ha venido a anunciarme esa
transformación, a mí, que represento la unidad, es porque ya hay muchos otros
seres humanos sintientes listos para convertirse en seres humanos solares.
Hoy, más que nunca, hemos de permanecer centrados en nuestro corazón,
en nuestra luz interior. Son momentos trascendentales, en los que estamos a
punto de dar un paso que supondrá un antes y un después en la forma de percibir
y vivir nuestra vida.
Veamos lo que nos dicen los queros y los incas sobre la profecía del
vuelo conjunto del águila y del cóndor y de su significado. Una profecía muy
optimista…
LA PROFECÍA INCA DEL VUELO CONJUNTO DEL ÁGUILA DEL NORTE Y DEL CÓNDOR DEL
SUR
Las profecías andinas -principalmente las incas- están centradas en
el concepto de transformación, conocido como Pachacutec o Pachacuti.Pacha quiere
decir el cosmos o la Tierra, mientras que Cuti significa darle
vuelta, corregir. Pachacuti o (Pachacutec) fue el nombre dado
al noveno soberano Inca, quien construyó a Machu Pichu y al Imperio de los
Niños del Sol. Así como lo implica el nombre él fue el transformador de la
sociedad inca que inició a la quinta era mundial inca, o el quinto sol, que
irónicamente también trajo el final del mundo inca.
El tiempo del Pachacuti o Pachacutec trajo la venida
de los conquistadores españoles y finalmente la destrucción del imperio. En un
furor de violencia, la orden cultural más alta que los Andes ha conocido fue
rápidamente derrocada.
Las profecías incas andinas predijeron el regreso del Pachacuti
(Pachacutec), pero no son profecías de fatalidad – prometen un comienzo
humano nuevo, “un milenio de oro en la Tierra”. Ellas hablan del potencial que
viene al “salir fuera del tiempo”, lo cual no es simplemente un concepto
metafórico sino que un logro concreto que puede despertar a toda la gente del
mundo.
Cuando nos salimos fuera del tiempo, dejamos a todos los conceptos
pasados y toda la percepción que resulta de nuestra noción normal del tiempo y
el espacio. Tal cambio nos da el potencial de recrearnos a nosotros mismos en
un paradigma totalmente nuevo. De acuerdo con Villoldo, las profecías hablan de
un “desgarro en la tela del tiempo”.
Los ancianos andinos reconocen que éste evento, que es un fenómeno
perceptible, le presenta a la humanidad una oportunidad enorme. Si somos
capaces de renuncia de cada concepto limitante que tenemos acerca de nosotros,
finalmente veremos el esplendor pleno de lo que podemos ser -lo que la gente de
la cultura inca siempre ha sabido.
Que somos, en efecto, semillas de luz divinas – somos semillas de
dios.
Las profecías andinas implican que las entradas a otras dimensiones
se están abriendo otra vez. Américo Yabar se refiere al tiempo actual
de Pachacuti como “el tiempo de la semilla nueva”. La humanidad
nueva que resultará será capaz de percibir al Universo en una forma radicalmente
diferente; vamos a poder salir fuera del tiempo lineal.
Las profecías también hablan del tiempo del Mastay, o la
reintregación de la gente de las cuatro direcciones. Los Qéro (Quero) y
otros andinos han ofrecido sus enseñanzas para ayudarle al mundo a prepararse
para el Gran Mastay. Así como ellos lo expresan, el tiempo ya viene
para que la Gran Águila del Norte y el Gran Cóndor del Sur (refiriéndose
a las Américas como un todo) vuelen juntos otra vez.
Las enseñanzas incas andinas involucran a Mosog Karpay,
una ceremonia especial en la que la semilla de Pachacuti se
dice que se coloca en el cuerpo luminoso de cada destinatario, de esta forma a
través de una transmisión energética, conectando al individuo con el poder del
linaje antiguo, el semillero de Wiracocha. Dentro de la semilla
están todos los códigos de luz del cuerpo de los incas, los seres dioses
conectados directamente con las estrellas.
Existen muchos caminos para el despertar de la semilla de la
divinidad en todos nosotros. Por medio de la oración (el habla sagrada), por
medio de la ceremonia y el ritual (las acciones sagradas), por medio de
transmisiones directas (la gracia sagrada), y por la práctica del Ayni (el
ser sagrado), las semillas dentro de nosotros pueden despertarse y prosperar.
Sin embargo, estas semillas no se despertarán hasta que nosotros nos deshagamos
de las creencias falsas que nos dicen que estamos separados de
la naturaleza.
Para despertar necesitamos liberarnos de la visión del mundo
cartesiana limitada y que nos reunamos con la Madre Cósmica divina. En éste
contexto Alberto Villolldo expones que para ganar tal expansión de conciencia,
los occidentales primero requieren despojarse del mito que fuimos expulsados y
separados de la fuente divina.
“Somos la única gente en el mundo que fuimos expulsados. Toda la
gente primitiva (nativos americanos, indios, amerindios, etc…) tienen una
comunión con la Tierra y todo lo que le pertenece a ella. Ellos todavía pueden
caminar por la Tierra, pueden todavía hablar con los árboles, los ríos y los
ríos les contestan”.
Necesitamos ofrecerle a la pachamama (Tierra) nuestro Ayni (ser
sagrado) más alto. Este puede ser la única cosa más importante que podamos
hacer, ya sea ambos como individuos o como una comunidad humana.
El parecer andino holístico de la importancia de las interrelaciones
también se extiende a los tipos de personas y a las culturas. En este parecer
hay tres tipos de gente:
-Los que tienen conocimiento, conocido como Yachay.
-Los que tienen amor y sentimientos, conocido como Munay.
-Los que tienen la habilidad de manifestar, conocida
como Llankay.
La gente europea se dice que personifica en su mayoría al gran poder
intelectual de Yachay. La gente del Norte América se dice que
tienen el poder físico más desarrollado y la voluntad fuerte que los lleva a la
acción en el mundo externo, correspondiendo a Llankay. Y los indios
de Sur América se dice que poseen el amor más grande, representando a Munay.
Sin embargo, de acuerdo al pensamiento andino, ninguna de las habilidades
es superior o completa en sí. La gente de todas esas cualidades se complementan
entre sí, y sólo cuando éstas tres modalidades trabajen juntas existirá una
humanidad unificada.
Además, y mucho más importante, éstos tres aspectos -la mente, el
cuerpo, y el corazón, así como las tres piedras simbólicas que los mayas fijan
en sus hogares, deben ser mezclados dentro de cada individuo.
Los desequilibrios dentro de los individuos, dentro de culturas
separadas, y dentro de la humanidad en su totalidad, deben ser corregidos.
El concepto andino antiguo de las relaciones tiene mucho que ofrecer
a nuestro mundo moderno. Éste le hace hincapié a que todos debemos trabajar
juntos en cooperación, juntando nuestros puntos fuertes y débiles como
individuos y como un colectivo, en el espíritu de intercambio y reciprocidad.
Sólo a través del espíritu de reciprocidad vamos a completarnos como individuos
y como humanos.
Fuente: Judith Bluestones P. “El regreso de los niños de la luz:
Profecías de los incas y los mayas para un nuevo mundo”.
Profecías de los Queros Incas
“Sigue tus propias huellas, aprende de los ríos, árboles y rocas.
Honra a tus hermanos y hermanas. Honra a la Madre Tierra y al Gran Espíritu.
Hónrate a ti mismo y a toda la Creación. Mira con los ojos de tu alma y
comprométete con lo esencial”.
Profecías de los chamanes Incas Q’ero
Por Brad Berg
La luz del idealismo brillaba en los ojos del Dr. Alberto Villoldo al
describir cómo un terremoto en 1949 debajo de un monasterio cerca de Cuzco,
Perú, había partido la tierra en dos, sacando a la luz un antiguo templo inca
de oro. Esto era la señal de que las profecías de Mosoq, el “tiempo que ha de
venir”, tenían que ser compartidas con el mundo moderno. El Dr. Villoldo,
psicólogo y antropólogo médico, ha vivido y aprendido entre los chamanes Q’ero,
y ha desempeñado un papel fundamental a la hora de acercar sus rituales y
profecías a la conciencia del mundo moderno.
Los Q’ero son los últimos incas – una tribu de 600 personas que
buscaron refugio en alturas superiores a los 4.200 metros con el fin de escapar
de los conquistadores. Durante 500 años los jefes de la tribu Q’ero han
conservado una profecía sagrada sobre un gran cambio, o pachacuti, en el que el
mundo daría la vuelta, y en el que la armonía y el orden se restablecerían,
poniendo fin al caos y el desorden.
Los Q’ero habían vivido en sus aldeas, en lo alto de los Andes,
prácticamente aislados del mundo, hasta su “descubrimiento” en 1949. Ese mismo
año un antropólogo, Oscar Núñez del Prado, se encontraba en un festival en
Paucartambo, un valle en las laderas este de los Andes, al sur de Perú, cuando
conoció a dos indios que hablaban un fluido quechua, la lengua de los incas. La
primera expedición occidental a las aldeas Q’ero tuvo lugar en 1955.
Cuatro años después, en la fiesta anual del Regreso de las Pléyades,
que tiene lugar en los Andes, la congregación de 70.000 peregrinos procedentes
de Sudamérica (muchos de ellos chamanes) se quedaron asombrados y la multitud
se apartó para dejar que los Q’ero, sin avisar y vestidos con el emblema inca
del sol, se dirigieran hacia la cumbre de la montaña, para dar a conocer que el
tiempo de las profecías estaba cerca. Fueron bienvenidos por los asistentes que
les dijeron: “Os hemos estado esperando durante 500 años”.
Recientemente, los ancianos Q’ero viajaron a Norteamérica como
cumplimiento de sus profecías. En noviembre de 1996 un pequeño grupo de Q’eros,
incluyendo al líder de la tribu y el jefe chamán, visitó varias ciudades de
Estados Unidos, entre ellas Nueva York, donde celebraron una ceremonia privada
en la Catedral de St. Juan el Divino.
El ritual chamánico no se había celebrado desde hacía 500 años. Pero en el
mismo hogar de aquellos que simbolizaban los antiguos conquistadores de sus
antepasados incas compartieron sus rituales y conocimiento, no sólo con los
occidentales interesados en aprender sus costumbres, sino también con el deán
de la gran catedral, uniendo así simbólica y espiritualmente a los dos
continentes de América del Norte y del Sur.
Según una antigua profecía, este es el momento del gran encuentro
llamado Mastay, y la reintegración de los pueblos de los cuatro puntos
cardinales. Los Q’ero están ofreciendo sus enseñanzas a Occidente, como
preparación para el día en que el Águila del Norte y el Cóndor del Sur (las
Américas) vuelen juntos otra vez.
Ellos creen que Munay, amor y compasión, será la fuerza guiadora de esta
gran unión de los pueblos.
Reconstruccion del templo de pachacuchi.
“Los nuevos guardianes de la tierra vendrán de occidente, y aquellos que
han causado un mayor impacto en la Madre Tierra tienen ahora la responsabilidad
moral de rehacer su relación con Ella, después de rehacerse a sí mismos”, dijo
Don Antonio Morales, un maestro chamán Q’ero. La profecía sostiene que
Norteamérica proporcionará la fortaleza física, o cuerpo; Europa proporcionará
el aspecto mental, o cabeza; y el corazón lo proporcionará Sudamérica.
Señales cumplidas
Cuando los españoles conquistaron a los incas hace 500 años, el último
pachacuti, o gran cambio, tuvo lugar. Los Q’ero han esperado desde entonces a
que ocurriera el siguiente pachacuti, cuando las cosas que quedaron al revés
volvieran a su sitio y emergiera el orden del caos. Durante los últimos cinco
siglos conservaron su conocimiento sagrado, y al final, en estos últimos años,
se cumplieron las señales de que el gran momento del cambio estaba cerca: las
lagunas de las altas montañas se han secado, el cóndor casi está extinguido y
se ha descubierto el Templo Dorado, siguiendo al terremoto de 1949 que
representó la ira del sol.
Las profecías son optimistas. Estas se refieren al final de los tiempos tal
como nosotros lo entendemos – la muerte de una forma de pensar y de ser, el fin
de una forma de relacionarse con la naturaleza y la tierra. En los próximos
años, los incas esperan que emerjamos en una era dorada, un milenio dorado de
paz. Las profecías también aluden a unos cambios tumultuosos en la tierra, y en
nuestra psique, volviendo a definir nuestras relaciones y espiritualidad.
El próximo pachacuti, o gran cambio, ya ha empezado, y promete el emerger
de un nuevo ser humano después de este período de confusión. El caos y
turbación característicos de este período durarán cuatro años más, según los
Q’ero. El paradigma de la civilización europea continuará desplomándose y los
procederes de los pueblos de la Tierra volverán. Más importante aún, los
jefes chamanes hablan de un desgarro en el mismísimo tejido del tiempo.
Esto nos ofrece una oportunidad para describirnos no como lo que hemos sido en
el pasado, tanto personal como colectivamente, sino en lo que nos estamos
convirtiendo.
Pachacuti también se refiere a un gran jefe inca que vivió a finales del
siglo XV. Se dice que él construyó Machu Picchu, y que fue el arquitecto de un
imperio de igual tamaño que los Estados Unidos. Para los incas, Pachacuti es un
prototipo espiritual – un Maestro, un luminoso fuera del tiempo. El era un
Mesías, pero no en el sentido cristiano de ser el único hijo de Dios, fuera del
alcance de la humanidad. Más bien se considera como un símbolo y promesa de lo
que podemos llegar a convertirnos. El personifica la esencia de las profecías
del pachacuti, ya que Pacha significa ‘tierra’, o ‘ tiempo’, y cuti significa
“poner las cosas en su sitio”. Su nombre también significa “transformador de la
tierra”.
Las profecías del pachacuti son conocidas en los Andes. Hay aquellos que
creen que las profecías se refieren al regreso del jefe Pachacuti para derrotar
a los que usurparon la tierra de los incas. Pero según el Dr. Villoldi, el
regreso de Pachacuti está teniendo lugar a nivel colectivo.
“No es el regreso de un solo individuo que personifica en lo que nosotros
nos estamos convirtiendo, sino un proceso de emerger que incumbe a todos los
pueblos.”
Los Ritos de la Estrella
Los Q’ero han servido como guardianes de los ritos y profecías de sus
antepasados incas. Las profecías no sirven de nada a menos que uno disponga de
las claves, los ritos del tránsito. Los Ritos de la Estrella, o Mosoq Karpay
(Los Ritos del Tiempo que ha de Venir), son cruciales para el crecimiento
práctico descrito en las profecías.
Siguiendo los despachos (ofrendas rituales de mesa, o manojos de plantas
medicinales) en la reciente ceremonia de Nueva York, y después de una limpieza
medicinal por las esposas de los chamanes, los chamanes administraron el Mosoq
Karpay al público presente, transmitiendo las energías que se originan con los
antepasados de su linaje.
La transmisión del Mosoq Karpay es la ceremonia que representa el fin de la
relación que se tiene con el tiempo. Es un proceso del corazón. Este proceso de
Devenir se considera más importante que las profecías mismas.
Los Karpay (ritos) plantan la semilla del conocimiento, la semilla del
Pachacuti, en el cuerpo luminoso del recipiente que la contiene. Depende de
cada persona regarla y cuidar de la semilla para que esta crezca y florezca.
Los ritos son una transmisión del potencial; uno debe luego abrirse al destino.
Los Karpays conectan a la persona con un antiguo linaje de conocimiento y
poder al que no puede acceder el individuo – sólo puede ser convocado por una
tribu. En último lugar, este poder puede proporcionar el impulso para que uno
haga un salto al cuerpo de un Inca, un Luminoso. (En este sentido, el Inca al
cual se hace referencia es el hombre auto-realizado). Esa persona está
directamente relacionada con las estrellas, el Sol Inca de la cosmología.
Recobrar nuestra naturaleza luminosa
Según el Dr. Villoldo, los incas creen que debemos morir ante los viejos
modelos de espiritualidad y pasar por los ritos de auto-renovación,
convertiéndonos en comadronas de una nueva forma de pensar.
“Estas sendas, senderos del chamán, la persona que camina con belleza y
gracia en el mundo, están actualmente a disposición de todos nosotros.
Necesitamos desmitificarlos y aprender a honrar y respetar nuestra Madre, la
tierra, y a nuestro Padre, el sol, y los cielos – y aprender de todo y todos a
nuestro alrededor, aprovechando estos ejemplos de poder para que podamos hacer
un salto cuántico hacia aquello en lo que nos estamos convirtiendo, todos
nosotros juntos.”
“Los Q’ero creen que las puertas entre los mundos se están abriendo otra
vez – agujeros en el tiempo que podemos atravesar e ir más lejos, donde podemos
explorar nuestras capacidades humanas. Recobrar nuestra naturaleza luminosa es
hoy una posibilidad para todos aquellos que se atrevan a dar el salto.”
Los chamanes andinos no tienen un Buddha o un Cristo a quien seguir.
Más bien dicen:
–”Sigue tus propias huellas. Aprende de los ríos, árboles y rocas. Honra al
Cristo, el Buddha, a tus hermanos y hermanas. Honra a la Madre Tierra y al Gran
Espíritu. Hónrate a ti mismo y a toda la creación.”
–”Mira con los ojos de tu alma y comprométete a lo esencial” .
Los Incas (su presunto origen)
Profecía Inca del Águila y El Cóndor